En una actualidad donde nada impresiona, el cine necesita generar novedad. Es por eso que los directores buscan constantemente nuevas formas de asombrar al público, empleando diversos plot devices. El MacGuffin de Hitchcock fue y es uno de los recursos narrativos más utilizados, motor de tramas desde los años dorados del director británico hasta las comedias de Wes Anderson. ¿De qué trata? ¿Cuáles son sus mejores exponentes?
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El MacGuffin es un elemento crucial al inicio de una historia, pero que va perdiendo importancia a medida que esta se desarrolla. Les da un motivo a los personajes para actuar y luego desaparece, dando lugar a otros motivos más trascendentales. A continuación, te dejamos los mejores MacGuffin del cine, que nunca fallan en sorprender una y otra vez.
Psicosis (Psycho, 1960)
Angustiada al no poder casarse por problemas financieros, la secretaria Marion Crane roba $40.000 dólares de la inmobiliaria donde trabaja. En la huida hasta California, donde se encuentra su prometido, fuertes lluvias la obligan a alojarse en un motel remoto. El establecimiento está controlado por una madre y su hijo, que despiertan todo tipo de sospechas.
El MacGuffin, los $40.000 dólares, siempre es importante para Marion. Ese dinero representa la razón por la que escapa y se aloja en el desolado motel. Sin embargo, no tarda en perder importancia para el espectador, que probablemente ocupado sufriendo por los peligros que siguen desde cerca a la protagonista. Entre los demonios pertenecientes a la cabeza de Marion y los que la persiguen en la realidad, sus sueños de casamiento perderán importancia. Así funciona el MacGuffin de Hitchcock.
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Tiempos violentos (Pulp Fiction, 1944)
Varias historias acerca de violencia se entrelazan en una cronología que mezcla desde suspenso hasta comedia. ¿Qué tienen en común dos sicarios, la esposa de su jefe, un boxeador y dos ladrones? Además de formar parte del crimen organizado, sus vidas se conectan por un curioso maletín, inspirado en la idea de MacGuffin de Hitchcock.
Vincet y Jules son dos sicarios cuyo objetivo es devolverle a su jefe, Marsellus, un maletín robado. Esta excusa para iniciar la acción dentro de la cinta, es el MacGuffin que desencadenará en inesperadas y amplificadas vueltas del destino. Algo interesante acerca del maletín es que genera misterio al rehusarse a revelar que transporta. Las teorías acerca del contenido son muchas y diversas, pasando por diamantes hasta la mismísima alma de Marsellus contenida.
Casablanca (Casablanca, 1942)
En la segunda guerra mundial, Rick es un estadounidense expatriado que dirige su propio café en Marruecos. Más específicamente en Casablanca, zona repleta de refugiados que esperan escapar a Estados Unidos. Sin aviso, un amor muy fuerte de su pasado reaparece, ahora casada con un líder de la resistencia. Rick deberá decidir entre ayudar a la pareja a escapar o volver con la mujer que amó.
El MacGuffin en cuestión son las cartas de tránsito, dos salvoconductos que permitirían escapar de la Europa Nazi. El par de documentos cae inesperadamente en manos de Rick, quien es contactado a la brevedad para vender las cartas. Al enterarse de que la mujer del comprador es su examante, la cinta adopta otro enfoque donde poco recordaremos los salvoconductos.
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El Origen (Inception, 2010)
Dom Cobb es un habilidoso ladrón que ingresa a los sueños de las personas para sustraer los secretos de sus subconscientes. Cuando él y su equipo son contratados para implantar una idea en lugar de robarla, su modus operandi se da vuelta. La víctima sería un heredero de una poderosa corporación, a quien deben convencer de terminar con el imperio de su padre.
El MacGuffin en este caso no es algo tangible, sino una idea, precisamente la idea que deben implantar. La misión de originar la idea es la motivación constante de los personajes, pero poco importa cuál es su contenido. Es el móvil que los impulsa a entrar en el peligroso mundo de los sueños, poner a prueba sus habilidades y estabilidad mental.
Ciudadano Kane (Citizen kane, 1941)
Cuando Charles Kane muere en su finca de Xanadú, el mundo entero enloquece. Al principio no comprendemos por qué, pero guiados por el periodista Thompson descubrimos paulatinamente su gran influencia. Él entrevista a todos los allegados del millonario, con una única pista inicial de su última palabra: Rosebud.
Pocas cosas más brillantes que el contraste entre el MacGuffin, la palabra Rosebud, y toda la trama que ella desenvuelve. Ese pequeño indicio es motor de muchos testimonios y partes de rompecabezas que apenas conciben la magnitud de Charles Kane. Su existencia fue tan compleja que a los quince minutos de cinta olvidamos la razón que inició la búsqueda.
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El Gran Hotel Budapest (The Grand Budapest Hotel, 2014)
El conserje Gustave dirige desde las sombras al Hotel Budapest. En sus tiempos libres, corteja a mujeres mayores, con un especial afecto por la multimillonaria Madame D. Paralelamente, Gustave conoce a Zero, el nuevo empleado que adopta como discípulo. Cuando Madame D. fallece, le deja una pintura invaluable a Gustave. Los herederos legítimos se ofuscan ante el hecho, rehusandose a quedarse con los brazos cruzados.
La grandilocuencia de cada elemento dentro de la cinta hace que el MacGuffin quede atrás rápidamente. Especialmente porque la carísima pintura, Boy with Apple, es un pequeño cuadro que cabe bajo el brazo con toda comodidad. Por ocupar poco espacio en la escenografía y en la trama, Wes Anderson lo desaparece de la zona de importancia con admirable disimulo.
Star Wars: Episodio IV- Una nueva esperanza (Star Wars: Episode IV – A New Hope, 1997)
Durante la guerra civil galáctica, espías rebeldes roban planos de la Estrella de la Muerte, estación espacial que puede destruir planetas. Los planos son transmitidos a la nave de la Princesa Leia, pero esta es interceptada y ella queda cautiva. Antes de ser apresada deposita los planos en un droide, que escapa en busca de ayuda.
Los planos de la Estrella de la Muerte no funcionan como cualquier MacGuffin. Tanto esos papeles como la estación espacial en sí supieron ser el móvil de una franquicia entera. George Lucas cosechó mucha controversia al declarar que el MacGuffin debía ser tan importante como los personajes, oponiéndose al típico MacGuffin de Hitchcock. En una galaxia muy, muy lejana, ningún elemento carece de relevancia.
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El secreto de sus ojos (2009)
En 1974, el agente Benjamín Espósito investiga la violación y asesinato de una joven. Su esposo queda destruido, por lo que Benjamín promete encontrar al asesino y darle cadena perpetua. Con su socio Sandoval y la jefa Irene, esclarecerán un crimen cuyos principal encubridor es un sistema judicial ciego.
¿Y dónde está el MacGuffin? La respuesta es que no se ubica dentro de esta historia, sino fuera de ella. Al principio del film, es el año 1999 y Benjamín desea escribir una novela sobre el caso que investigó. Ese objetivo desencadena una serie de flashbacks, que tendrán tanta influencia en el pasado como en el presente. Y cuando estos tiempos se unen y apremian, la idea de finalizar la novela queda completamente olvidada.
La ventana indiscreta (Rear Window, 1954)
Recuperándose de una lesión, un fotógrafo llamado Jeff está confinado a su silla de ruedas. La obligación de guardar reposo solo le permite observar el vecindario a través de una ventana durante horas. Una noche, escucha un grito acompañado de un vidrio que se rompe. Horas después alguien ha desaparecido, y los edificios contiguos comienzan a parecer sospechosos.
Hitchcock, maestro del MacGuffin, imprime este plot device varias veces en la película. Además, el MacGuffin varía según el punto de vista del espectador. Puede ser la silla de ruedas, el posible crimen o la relación amorosa con Grace Kelly. Se dice que la película es un MacGuffin, móvil para mostrar que quienes iban al cine eran espías de las historias ajenas como Jeff.
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El MacGuffin de Hitchcock inició una larga tradición de películas que juegan con el espectador ¿Cuál es tu preferida? ¿Y las que faltan en la lista? Queremos leerte en nuestras redes sociales.