Seguramente te ha tocado escuchar sobre alguna leyenda del cine que tiene la fama de que no te puedes perder sus películas, ya sea directorx, cinefotógrafx o guionista. Muchas veces, aunque sabemos que se trata de alguien reconocidx, nos es difícil adentrarnos en su trabajo y no sabemos ni por dónde iniciar. En esta ocasión, preparé para ti una guía para adentrarse en las obras de un ícono en la historia del cine. Te invito a conocer las mejores películas de Agnès Varda, la abuela de la Nouvelle Vague.
Precursora del cine hecho por mujeres y del cine feminista
Si no conoces nada sobre esta directora, Agnès Varda revolucionó la manera de hacer cine, imprimiendo su firma sin igual en cada una de sus obras. Fue una pionera del cine hecho por mujeres, y es de suma importancia resaltar que Varda inició su carrera en una época en la que las mujeres tenían un lugar muy claro en la industria: como actrices o maquillistas y vestuaristas. Además, sus películas y cortometrajes siempre tuvieron una mirada feminista muy firme y característica, algo muy controversial también en aquellos tiempos. No obstante, las cintas de Varda nunca se reservaron nada, estaban llenas de discursos sin pelos en la lengua.
Varda fue una de las principales precursoras de la Nouvelle Vague, corriente del cine francés que surgió a finales de la década de 1950. Este movimiento nació como una respuesta en contra del canon cinematográfico del momento. El principal motor del cine de la Nouvelle Vague recae en la libertad de expresión y la libertad técnica detrás de la realización. Lxs cineastas experimentaron con narrativas fuera de lo común desde cada pilar que constituía la cinta: el argumento del guion, el lenguaje cinematográfico empleado, el montaje, la edición, la fotografía y el diseño sonoro. Junto a Agnès Varda, una de las piedras angulares de esta corriente, algunos de los miembros más conocidos fueron Jean-Luc Godard, André Bazin, Alain Resnais y François Truffaut.
Entonces, ¿por dónde empezar?
No cabe duda que esta es una filmografía muy cautivante por recorrer. A continuación, te comparto las que creo que son algunas de las mejores películas de Agnès Varda. Por un lado, tenemos su ficción no ficción. Es decir, nos adentramos a películas ficcionales que poseen su característica visión documentalista y etnográfica. Por otro lado, tenemos su obras documentales En estas, Varda usualmente explora algún tema de interés mientras mantiene su perspectiva y su reflexión muy cerca de la narración. No se aísla para dejar hablar por sí sólo al tema, sino que hace una introspección al respecto.
Sin techo ni ley (Sans toit ni loi, 1985)
Para iniciarte en la filmografía de Varda, te recomiendo Sin techo ni ley. En medio de un gélido invierno en Francia, la policía halla el cuerpo de una mujer en una zanja. Por medio de entrevistas y flashbacks, la cineasta de la Nouvelle Vague nos revela la intrigante vida de Mona. Esta película es una excelente opción para iniciarse en el Varda-verso, ya que muestra la mirada crítica, analítica y feminista de la cineasta por medio de una cautivante narrativa y una cruda documentación de la realidad. Por medio de dichas entrevistas y por el lenguaje cinematográfico empleado, Sin techo ni ley le da en el clavo al sentimiento pseudo-documental tan característico de Varda.
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Cléo de 5 a 7 (Cleo de 5 à 7, 1962)
Esta fue una de las primeras ficciones de Agnès Varda en el momento de oro de la Nouvelle Vague. Varda inmortalizó el día más angustiante de la vida de Cléo, una joven que está esperando el diagnóstico de un examen médico que determinará si tiene cáncer o no. Estos 90 minutos, que se sienten como si fueran en tiempo real, desbordan ansiedad e incertidumbre disfrazados de pequeñas distracciones banales. Cada decisión técnica detrás de la cinta se complementa brillantemente para conseguir hacer sentir al espectador dentro de la cinta. Cléo de 5 a 7 se concentra en una filosofía existencialista y pone en tela de juicio el concepto de una vida significativa en medio de una desesperación atroz.
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La felicidad (Le Bonheur, 1965)
Siguiendo la línea de las cintas ficcionales de Varda, la siguiente recomendación es La felicidad. Esta cinta parte del concepto colectivo de una mujer en casa atendiendo las tareas domésticas, educando y alimentando a lxs hijxs y esperando la llegada de su esposo después del trabajo, quien tiene un amorío con otra mujer. Varda nos muestra esto desde una óptica que pareciera tratarse de un sueño, de una fantasía. Esta cinta hace una crítica muy ingeniosa al escenario utópico que creó el sistema patriarcal capitalista en la década de los sesenta, el cual consiguió convertir a las mujeres en objetos listos para servir.
Antes de ser cineasta, Varda se dedicó a estudiar la historia del arte, una de sus más grandes pasiones. En esta cinta, la artista francesa verdaderamente deja a relucir su ojo fotográfico. La experiencia visual de la fotografía es verdaderamente deslumbrante. Varda ocupó una enorme cantidad de referencias visuales de pinturas impresionistas para el look general de la película, logrando que casi cada fotograma se sienta como una pintura. La felicidad es un golpe crítico a la sociedad moderna, consumista y banal. Mientras que, a la par, observamos con deleite imágenes dignas de estar en un museo.
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Los espigadores y la espigadora (Les glaneurs et la glaneuse, 2000)
Brincando ahora al lado documental de su filmografía, mi siguiente recomendación sería Los espigadores y la espigadora. En esta cinta, Varda parte de la observación de distintos tipos de recolectores, urbanos y rurales. Hace un análisis de esta era del consumismo excesivo promovido por el capitalismo. Antes, los seres humanos plantaban y cosechaban sus propios alimentos. Ahora las máquinas han tomado esa labor. Sin embargo, los recolectores no han desaparecido ¿a dónde fueron?
Algo verdaderamente fenomenal de este documental es adentrarse a la mente de Varda y permitirnos observar como ella lo hace. Varda filma este documental con una videocámara digital en mano, mostrando que su cine nace de la necesidad de contar algo. A la par, transforma una cinta acerca del desperdicio dentro del consumismo en una reflexión artística, la cual me hace pensar que quizá únicamente por ser humanxs somos espigadores: recolectores de personas, de errores, de aprendizajes y de nuestras propias vivencias.
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Las playas de Agnès (Les plages d’Agnès, 2008)
Para este punto, ya tienes una muy buena idea de cómo es el cine de Varda. Por lo tanto, mi siguiente recomendación va hacia conocer un poco más a la cineasta en cuestión. Las playas de Agnès es un documental autobiográfico que nos revela lo que hubo detrás de las cintas de Varda a la par de lo que estaba ocurriendo en su vida. Después de 53 años de carrera, la cineasta hace una introspección en su persona y su biografía por medio de videos, cintas viejas y fotografías que parecieran salir de una caja de recuerdos. Se supone que esta sería la última película de Varda, promesa que no duró mucho.
En general, considero que esta es una excelente opción para ver cuando ya has visto varias de las cintas más reconocidas de Varda, ya que entiendes mucho más a profundidad el documental. No obstante, también es una pieza única, inmensamente íntima y personal. Si quieres entender más de quién fue Varda y cómo se convirtió en la reconocida cineasta que fue, no te puedes perder Las playas de Agnès.
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La Pointe Courte (1955)
Ahora sí, agárrate porque seguimos con nada más y nada menos que la ópera prima de Agnès Varda. Quizá te preguntarás, ¿por qué apenas aparece este título? La Pointe Courte es por mucho una obra característica de Varda. Tienes que ver esta cinta para entender realmente por qué nombraron a la cineasta “la abuela de la Nouvelle Vague”. Sin embargo, para algunxs puede ser una película compleja de asimilar, ya que es una cinta que rompe con todo lo esperado en una película de ficción. Es por esto que, una vez que hayas visto las cintas anteriores, tendrás una visión muy clara del trabajo de Varda y cómo es que imprime un discurso tan complejo en una cinta.
Todx reconocidx cineasta tiene un inicio, y en este caso, la directora, fotógrafa y escritora francesa, Agnès Varda, comenzó su carrera cinematográfica sin saber propiamente de cine o del proceso de realización detrás de cámaras. Este largometraje narra dos historias que se compaginan. Por un lado, una pareja se cuestiona su matrimonio al visitar el pueblo donde creció uno de ellos, por otro lado, este pequeño pueblo pesquero, La Pointe Courte, lidia con recurrentes conflictos colectivos.
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Daguerrotipos (Daguerréotypes, 1975)
Una vez que hayas visto Las playas de Agnès, y hayas conocido más a fondo sobre ella, creo que será una gran decisión continuar con Daguerrotipos. En este documental, Varda inmortaliza la rica cotidianidad de la calle Daguerre, la calle donde vivía dicha cineasta. Imagínate esto, baguettes recién salidas del horno, un filete de carne recién rebanado y el embriagante aroma de un perfume casero. Estos son sólo algunos de los negocios que distinguen a la calle Daguerre, los cuales poseen una gran historia por contar.
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Mur Murs (1980)
A continuación, y continuando en el lado documental, Mur Murs te mostrará una perspectiva más contemplativa de Varda. En su paso por Los Ángeles, California, en la década de los setentas, Agnès Varda se dedicó a estudiar la diversidad de dichas tierras estadounidenses a través de los murales que inundan sus calles. Por medio de su distintiva mirada etnográfica, Varda descubre algunos de los secretos que esconden las calles de Los Ángeles en sus coloridos murales.
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Varda por Agnès (Varda par Agnès, 2019)
Para cerrar con broche de oro, no puede faltar la última película de la directora, quien a sus 90 años nos comparte sus aprendizajes en sus 65 años de carrera. Varda por Agnès es prácticamente una master class impartida por Angès Varda hecha película. Se divide en dos partes, la primera es un recorrido por algunos de sus largometrajes y cortometrajes, donde revela secretos del detrás de cámaras y consejos técnicos. La segunda parte se concentra en su trayectoria como fotógrafa, sus ideologías, su forma de entender al mundo y su vida como artista en general.
A diferencia de Las playas de Agnès, Varda por Agnès no se detiene realmente en su vida personal y tampoco profundiza tanto en la justificación de sus cintas. Es un gran documental para entender cómo opera su mirada artística y cómo fue desarrollada a lo largo de su carrera.
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La curiosidad, el ingrediente principal del cine de Agnès Varda
Es importante mencionar que estas son las cintas que considero son las más emblemáticas de la carrera de Varda. No obstante, hay muchas más películas de esta gran directora por ver que no están enlistadas en este artículo, pero que irás conociendo una vez que te adentres en el Varda-verso (que por cierto, encuentras casi todas sus películas en MUBI).
Agnès Varda fue un ícono en el cine por muchas razones. No le daba importancia a los elementos clásicos de Hollywood para hacer una película, ella buscaba únicamente los recursos necesarios para poder filmar: una cámara y un motivo. Varda rompió las reglas para crear su propia manera de hacer cine, la cual después llamó “cinescritura” (cinécriture). Fue una activista que siempre tuvo muy claro sus principios y las razones por las que quería hacer arte. Pero sobre todo, nunca hizo cine con el objetivo de obtener un reconocimiento, sino por la necesidad de plasmar en cámara aquellas curiosidades que tanto le intrigaban en la vida.
Sin duda alguna, Varda es una de mis cineastas favoritas por mucho. Su manera de ver al mundo reflejada en sus obras consigue inspirar profundamente, recordándonos que el arte siempre está a nuestro alcance. La filmografía de Varda son constantes preguntas, que no siempre tienen respuesta, pero que sí me deja algo muy en claro: que nadie sabe nada y, por lo mismo, lo que nos queda es mantenernos curiosxs en esta vida.
Esperamos que hayas disfrutado este artículo de las mejores películas de Agnès Varda. ¡Háznos saber en nuestras redes sociales qué te pareció esta guía fílmica! Si nunca has visto algo de Varda y te generó una cosquillita, ahora sabes por dónde empezar. ¡Gracias por leernos!