Demi Moore siempre ha pertenecido a la elite de Hollywood y aunque tuvo una pequeña ausencia en el cine regresa con una cinta que te revolverá todo. El miedo a envejecer lo es todo. Pero también, es el motor impulsor de cada una de las decisiones de los personajes en la película. En especial, cuando la belleza, la juventud y el poder que brinda el privilegio del atractivo físico, se convierte en un escenario terrorífico que invita a cualquier exceso. En esta reseña de La Sustancia te decimos como la directora jugo con la percepción de este tema para hacerlo “aceptable”.
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The Substance (La Sustancia, 2024)
Director y Guionista: Coralie Fargeat
Reparto principal: Demi Moore, Margaret Qualley, Dennis Quaid, Gore Abrams
Género: Ciencia Ficción, Terror, Drama
País: Reino Unido
Sinopsis: Elisabeth Sparkle, estrella de un programa de aeróbic, es despedida por su jefe en su cumpleaños debido a su edad. Cuando regresa a casa, recibe una propuesta inesperada. Un misterioso laboratorio le ofrece “La Sustancia”: si se la inyecta, se convertirá en “la mejor versión” de sí misma, “más joven, más bella, más perfecta”.
Los inalcanzables estándares
La protagonista atraviesa momentos complejos en su vida porque su época de mayor lozanía y sexappeal pasó. Moore interpreta el papel con un cierto cinismo que deja entrever que el conflicto que atraviesa Elisabeth no le es desconocido. Y de hecho, uno de los puntos más fuertes de la película es que tanto se atreve la actriz para mostrar la desesperación y las fronteras de la cordura de su personaje. Mucho más, porque como mencionaremos a lo largo de esta reseña de La Sustancia, el filme tiempo e interés, en explorar un mundo misógino y violentamente sexista.
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Pero, en esencia, el tema de la película, no del todo, no es una crítica acerca de la obsesión estética actual. Antes que eso, el filme es más cruel al mostrar cómo el mundo es capaz de desechar a cualquiera. De convertir la adoración colectiva en un arma para la manipulación. No obstante, la directora solo utiliza lo necesario para crear un contexto incómodo.
La cinta prepara el terreno para que cuando ocurre el centro de su premisa, todo sea comprensible y nada parezca una dramatización de la angustia contemporánea por ser atractivo. Pero la historia, que pudiera volverse con facilidad moralista e incluso, con un mensaje feminista, es un relato sobre la degradación moral, física y mental. Por lo que su directora experimenta con juegos de cámara y una estética grotesca, por no decir repugnante, para mostrar hasta qué punto la necesidad de ser reconocido puede volverte un monstruo.
El lenguaje visual y un final… acertado
El guion guarda bien sus secretos, por lo que cuando muestra que la idea anterior es cruelmente exacta, la película avanza hacia lugares originales y brutales. La directora logra que el contexto que brindó antes, haga que las explícitas escenas de horror sean crueles, pero no gratuitas. Buena parte de La Sustancia, tiene la capacidad de hacer que las decisiones visuales más extravagantes, tengan sentido y dentro de su contexto, comprensibles. Nada parece fuera de lugar o una concesión a ser más repulsiva. Un logro que la directora logra en varios de los momentos más incómodos de la cinta.
Coralie Fargeat crea una combinación entre los planos simétricos que dan la sensación que la belleza abarca al mundo entero. Al mismo tiempo, utiliza primeros planos muy cercanos, para mostrar la forma como la belleza llega a su punto máximo y después, se desploma hacia lo monstruoso.
Tomar todas las piezas de una historia y darle un final a la altura de las expectativas, no es sencillo. La directora lo logra a medias y aunque en el tercer tramo la cinta pierde mucho de la energía maniática que la sostuvo, continúa siendo sorprendente y terrorífica. Con una escena final que pasará a la historia del cine de terror.
Esperamos que esta reseña de La Sustancia te hay gustado. Cuéntanos en nuestras redes sociales ¿Cuál es tu película favorita de Demi Moore? ¿Te parece su mejor actuación hasta el momento? ¡Te estaremos leyendo!