Un plot device o elemento narrativo bien utilizado, nunca se olvida. Y si te gusta analizar la narrativa cinematográfica, sigue leyendo porque aquí vamos a explicar qué es una cortina de humo o red herring y por qué El sexto sentido de M. Night Shyamalan es un ejemplo brillante de este plot device.
Seguro has visto o leído decenas de historias con cortinas de humo. Es uno de los elementos narrativos más usados en los misterios de detectives o thrillers en donde los autores quieren que la audiencia se distraiga de un punto central en la trama. Usualmente, toda la información está ahí para que el público adivine la «gran revelación», pero la cortina de humo hace que la atención se fije en otra cosa.
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Pero por supuesto, si has leído otro de nuestros artículos de plot devices, sabes que no podemos evitar darte un poco de información extra. Oye, uno nunca sabe cuándo podrá impresionar a alguien lanzando datos completamente inútiles pero interesantes sobre cine.
Un poco de historia
Comenzaré por explicar eso en lo que seguro estás pensando si sabes inglés: ¿Qué tiene que ver una cortina de humo con un red herring? Aunque la traducción literal de red herring es «arenque rojo», este término se usa en inglés como sentido figurado de «cortina de humo», todo gracias al periodista inglés William Cobbett.
En el siglo XIX, Cobbett escribió una historia en la que cuenta cómo usó un arenque rojo cuando era niño para despistar a unos sabuesos que iban a cazar una liebre. Pero esta anécdota era más bien una metáfora para criticar a colegas en la prensa que habían publicado información falsa sobre la derrota de Napoleón. ¡Usó una historia sobre una cortina de humo como una cortina de humo! Aunque seguramente Cobbett no inventó este recurso narrativo (pues aparece en algunos textos literarios más antiguos), fue él quien popularizó el término.
La cortina de humo o red herring se usa mucho en críticas y estrategias políticas, también es una falacia lógica. Pero en cine, es una maravilla de elemento narrativo que explota la cabeza del público. Ahora sí, hablemos de M. Night Shyamalan y sus cortinas de humo.
Los maestros del red herring
Como casi todo en narrativa cinematográfica, el red herring en cine se inspira en la literatura. Desde antes de la gran escritora clásica Agatha Christie, y hasta la generación de Dan Brown, los artistas interesados en el misterio y el suspenso han utilizado las cortinas de humo como un elemento narrativo favorito. Y en el cine, podríamos mencionar un sin número de filmes y directores geniales como Alfred Hitchcock con su icónica Psycho, Christopher Nolan con la brillante Memento o James Wan con la genial Saw.
Pero para este ejemplo, utilizaremos a un clásico de la cultura popular, la película que posicionó a M. Night Shyamalan como un gran narrador de giros de tuerca: El sexto sentido (The Sixth Sense, 1999). Así que si no has visto este filme, ¡¿qué estás esperando?! Guarda este artículo y corre a verla, porque aquí van los spoilers de esta y algunas películas de Shyamalan.
Los (brillantes) finales inesperados de M. Night Shyamalan
Está bien, está bien… aceptamos que en la última década, Shyamalan no ha sacado una película que esté a la altura de El sexto sentido o El protegido. El director ha utilizado una cortina de humo tras otra, o incluso otros elementos narrativos como el MacGuffin, tratando de igualar el impacto de sus primeros filmes exitosos. Y aunque sí tiene películas bastante buenas, se ha quedado un poco corto.
El sexto sentido, no sólo tiene actuaciones excelentes de Bruce Willis, Toni Collette y un pequeño Haley Joel Osment, el guion y la dirección están cuidadosamente realizados para sorprender a la audiencia. Empecemos por la primera escena.
¿Te ha pasado que después de mucho tiempo vuelves a ver un filme que te gusta y te das cuenta de que ya se te había olvidado el comienzo? El público suele olvidar cómo empiezan las películas, especialmente porque en el planteamiento o inicio, aún no está completamente inmerso en la trama.
Malcolm (Willis) está muerto, nos lo dicen en la primera escena, y aún así el público se olvida por completo de esto. Quizá conforme avanzó la trama te explicaste a ti mismo que milagrosamente se salvó, o tal vez estuviste pensando en eso durante los primeros 20 minutos de la película… pero eventualmente se te olvidó. La cortina de humo hizo que le restáramos importancia a algo tan importante como que el protagonista recibió un disparo.
Para empezar, el guion sustituye un misterio con otro: el disparo que recibió Malcolm se difumina gracias a Cole. Las misteriosas heridas en el cuerpo del niño, su obsesión por los santos y su extraña actitud enfocan nuestra atención. Y es natural, después de todo la trama está tan bien contada, que decidimos ignorar preguntas que después se vuelven obvias. Por ejemplo, «¿Por qué nadie le habla o fija la mirada en Bruce Willis?», «¿Por qué nunca se ven en el consultorio de Malcolm?» o «¿Por qué la trabajadora social no habla con Malcolm si él es psiquiatra de Cole?».
Hay muchos pequeños elementos que ayudan a conservar la cortina de humo. La primera vez que Cole conoce a Malcolm, vemos a cuadro a la mamá de Cole (Collette) y a Malcolm sentados uno frente al otro, como si hubieran estado hablando. Pero en realidad la mamá de Cole tiene la mirada perdida.
Lo mismo pasa en la escena del restaurante, cuando Malcolm llega a ver a Ana para festejar su aniversario, la cámara se posiciona detrás de ella. Conforme Malcolm habla, la cámara se acerca a él sin ningún corte que nos muestre a Ana, quien seguro estaría viendo a la nada. Una risa en el restaurante, hace que Ana levante la mirada rápidamente, pero en realidad no ve a Malcolm. Finalmente, la frase «Feliz aniversario» antes de levantarse e irse, nos hace creer que Ana está enojada con Malcolm. Se muestra lo suficiente como para hacernos creer que Malcolm esta interactuando con su entorno, pero no tanto como para que haya incongruencias con la sorprendente revelación del final.
Pero la estocada final es la icónica escena de «I see dead people«. Antes de que Cole diga esta frase, Malcolm cuenta que un día le falló a un niño; entonces nos viene a la mente Vincent Gray (Donnie Wahlberg), el hombre que le dispara al inicio de la película. Sin embargo, el discurso es sobre cómo le falló a ese niño, e ignora por completo el hecho de que le disparó. Y antes de que el espectador se empiece a hacer preguntas al respecto ¡BOOM! Cole dice «Estoy listo para decirte mi secreto», distrayendo toda la atención a un momento que es clave… Aunque que si te pones a pensarlo, en realidad ya sabemos desde que vimos el trailer de la película. Además de una bien realizada cortina de humo, aquí está el «narrador no sospechoso», pero ese es otro tema.
Claro que eso no es todo, la verdadera genialidad de esta escena está en que, después de que nos aceptamos la historia de Malcolm como real, Cole dice «Ellos [los muertos] sólo ven lo que quieren ver». Igual que Malcolm e igual que nosotros, el público al que engañó M. Night Shyamalan.
Lo mismo sucede con El protegido, otro gran éxito del director. El público está muy centrado en la trama para pensar en lo obvio: «¿Quién está detrás de los ataques terroristas?», «¿Cómo es que Elijah Price llega en el momento indicado de la nada?».
Claro, hay que reconocer que mientras más películas vemos con cortinas de humo, más fácil es detectar esta trampa. Y más después de leer este artículo, pues seguro tendrás en mente qué es una cortina de humo o red herring y cómo los directores como M. Night Shyamalan pretenden envolverte y engañarte en su narrativa. Pero también hay que aceptar que es una gran satisfacción dejarte sorprender por una gran película con un final inesperado.