Una pequeña soñadora llamada Argine es la protagonista de nuestro cortometraje para el Corto Saturnino de hoy. ¿Qué niña no ha soñado con ser una princesa en su propio cuento de hadas? El tierno cortometraje Argine, te sorprenderá por su peculiar formato a base de fotogramas estáticos. Aquí lo analizamos y reseñamos para ti, así que: Érase una vez…
Argine (2007)
Director y escritor: Julia Siméon
Género: Fantasía / Formato: Animación 3D
País: Francia
Duración: 3 minutos
Sinopsis: Una niña con un sueño, una casa y un gato. Sus esfuerzos e imaginación la llevan finalmente a cumplir el sueño.
Un castillo en Francia
Argine es un corto de animación sobre una niña soñadora que ve y disfraza su casa como aquel castillo del que será princesa. La directora de origen francés, Julia Simeón, nos sorprende al conseguir que el corto se sienta con un ritmo más rápido o lento según lo requiera el momento. Se juega con fotogramas modelados en 3D pero que permanecen estáticos y únicamente se percibe la sensación de movimiento al pasar de uno a otro conforme las acciones y pensamientos de Argine. Esto nos recuerda un poco a la técnica de animación flipbook, la cuál te explicamos aquí, aunque no sea la utilizada en este caso.
Podemos apreciar un matiz muy infantil y hasta un estilo de cuento de hadas gracias a la música a cargo de Pauline Meguerditchian. Por su parte, muñecos de trapo cobran vida dando como resultado un cortometraje que pareciera sencillo en su historia pero es ingenioso en su modelado, fondos y texturas.
Una casa es una casa…
Con una imaginación desbordante digna de una niña, Argine consigue hacer realidad su cuento favorito. Así, ella misma se convierte en princesa dentro de su propio castillo.
Una casa es una casa, nuestro hogar, un espacio donde te defines y te sientes segura. Para una niña que sueña e imagina, su espacio seguro será el que ella misma se quiera construir con sus pilares torres y mascotas fantásticas. Para Argine una casa es un castillo. Eso es lo que reflejó Julia Simeón en tan solo tres minutos y la moraleja que nos deja es que podemos convertirnos en la dueña y princesa del castillo que soñemos sin importar que tan alejada tengamos esa imagen en nuestra cabeza. A seguir imaginando y soñando para revivir el niño interior que todos tenemos en algún rincón de nuestro cuerpo. Y por cierto, ¡feliz Día del Niño!
¿Te gustó este dulce corto? ¿Habías escuchado antes del cortometraje Argine o de su directora de origen francés? Te invitamos a conocer más recomendaciones de cortos animados, educativos, de comedia o de grandes realizadores cada miércoles sin falta.