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Reseña Retro: Cujo, un perro con poquísimas pulgas

Si hablamos de las mejores adaptaciones cinematográficas basadas en historias de Stephen King, Cujo (1983) no puede faltar en la lista. Esta cinta de horror estrenó en los 80, década en la que King recibía ofertas a diestra y siniestra para vender los derechos de sus libros al cine. Sin ir más lejos, cuando Cujo llegó a la pantalla grande tuvo que competir con sus hermanas Christine (1983) y The Dead Zone (La zona muerta, 1983). No hay necesidad de decir que nuestro adorable San Bernardo perdió ampliamente en la taquilla. Ahora es una de las películas de culto más recordadas dentro de su género. Por eso te traemos esta reseña de Cujo de Stephen King, donde analizamos la cinta y algunos de sus datos más curiosos (sin spoilers).

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La historia se centra en la familia Trenton, compuesta por un niño llamado Tad y sus padres, Vic y Donna. Cuando llevan su auto al mecánico del pueblo para arreglar algunos desperfectos, se encuentran con un simpático San Bernardo. A Donna le llama la atención el hocico mordido del perro, Cujo, pero decide no darle importancia. Poco saben ella y su familia acerca de la desgracia que les significará el animal.

Cujo (1983)

Director: Lewis Teague
Guionistas: Don Carlos Dunaway, Barbara Turner
Reparto principal: Dee Wallace, Danny Pintauro, Daniel Hugh Kelly
Género: Horror
País: Estados Unidos
IMDB: 6,1

La terrorífica realidad

Como mencionamos anteriormente, el maléfico Cujo no causó tanto terror en su estreno. En pleno auge de entidades paranormales como Freddy Krueger y Jason Voorhees, el mejor amigo del hombre tenía pocas chances de ser escalofriante. Sin embargo, muchísimos espectadores declararon haber percibido con otros ojos a los San Bernardo luego de haber visto la película. Ni hablar de como se comenzó a expandir el miedo por el virus de la rabia.

Podríamos llamar a este sentimiento generalizado «Efecto tiburón» en relación a la película Jaws (Tiburón, 1975). La cinta de Spielberg logró traspasar la realidad de la misma forma que Cujo, pero las consecuencias fueron mucho más preocupantes. Luego del estreno de Jaws, muchos entraron en un estado de completa histeria, tomando absurdas decisiones que iban desde evitar sumergirse en cualquier cuerpo de agua hasta matar tiburones y otros animales marinos que se le parecieran.

Las películas de terror ancladas en la realidad suelen ser geniales, excepto cuando resultan en este tipo de consecuencias. Siempre que sepamos distinguir la realidad de la ficción, Cujo es una película sanamente aterradora, recomendada para aquellos que se cansaron de los fenómenos de otro mundo.

Perros poco maléficos

Para darle vida a Cujo se usaron cinco San Bernardos, una cabeza mecánica y un hombre dentro de un traje de perro. Cabe destacar el trabajo de los animales, que hicieron de la experiencia de filmación algo mucho más ameno y divertido. Los perros se divertían tanto rodando las escenas que movían la cola frenéticamente. El equipo de filmación tuvo que rebuscárselas para hacer que se vean amenazantes, y así fue como los distintos Cujo terminaron con sus colas atadas a la pierna.

Otro dato divertido en esta reseña de Cujo de Stephen King es que, detrás de cada escena violenta, hubo un procedimiento muy tierno para lograrla. Cuando el director quería dar la ilusión de que Cujo se desvivía por aniquilar, simplemente colocaba el juguete favorito del perro cerca del actor que recibiría el «ataque». De forma similar, cuando se quería enfatizar el aspecto rabioso por medio de la baba del animal, se le daba una mezcla de huevos y azúcar. Ello terminaba siendo más problemático que eficaz, puesto que Cujo no paraba de relamerse.

Si eres de los que necesita aliviarse con algo tierno luego de ver una cinta de terror, solo basta con buscar fotos del detrás de escenas de la película.

El adorable Cujo antes de convertirse en monstruo.
Fuente: Warner Bros

Una madre ejemplar

La actuación de Dee Wallace siempre es referida por Stephen King como la mejor interpretación femenina de todas las que vió en sus adaptaciones, aun más que la galardonada Annie Wilkes de Kathy Bates en Misery (1990). Dee le pone la piel a Donna, madre de Tad y esposa de Vic, quién es la primera en darse cuenta de que algo anda mal con Cujo. Como dijimos, no vamos a dar spoilers, pero si te adelantamos que cada minúscula decisión que Donna toma cuando la trama se complica te destruirá los nervios.

Además, la actriz comentó que muchas veces recibió adulaciones de padres por su acertado papel de madre. Ellos decían que se sentían identificados con su personaje, principalmente en las escenas donde Donna se desquitaba con su hijo. Mientras que el estereotipo cinematográfico de madre suele involucrar a mujeres que nunca se enfadan , Dee Wallace puso todo su empeño en mostrar que una persona adulta es igual que un menor de edad cuando el miedo los paraliza.

Esta brillante actriz se ganó un merecido lugar en la lista interminable de screams queens que hicieron al cine de horror. Igual que las últimas representantes de este grupo, ella no espera a ser salvada, sino que toma las riendas del problema.

La atmósfera correcta

Aunque Cujo genera grietas acerca de cuales son sus puntos fuertes y débiles, todos los espectadores de la cinta concuerdan en algo: el ambiente de la cinta es asfixiante. Desde el comienzo, el mundo donde se movilizan Cujo y el resto de los personajes tiene aires desérticos, a pesar de ser un barrio norteamericano como cualquier otro. Dicha atmósfera alcanza su verdadera eficacia cuando Cujo se transforma, y el espacio de nuestros protagonistas comienza a hacerse aún más pesado sobre sus hombros.

El entorno abrasador no solo es físico, sino que también esta íntimamente relacionado con la historia de los personajes. Tanto Tad como sus padres acarrean con sus propios problemas y conflictos internos aún antes del nudo de la trama, y ello hace que se dirijan hacia la lucha contra Cujo con diferente predisposición. En ese momento, no podrán salvarse a menos que hagan funcionar sus diferencias, tal como ocurre en las familias de la vida real.

Cujo demuestra que una cinta de horror no se trata solo de la crudeza de sus villanos, sino de como la confrontación contra ellos logra construir a héroes reales, y tanto más admirables.

Dee Wallace en el rol de la madre de Tad.
Fuente: Warner Bros

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