Dentro de la categoría de los Oscars dedicada a Mejor película internacional, y debajo de todo el bullicio de La Sociedad de la Nieve, se encuentra un diamante en bruto. No es que se trate de una producción poco comentada, pero sin duda alguna se merece un reconocimiento infinitamente mayor, porque presenta un relato que sana el alma. La nueva película de Wim Wenders ya inició su recorrido por los cines del mundo entero, y pisa con fuerza en cada país que visita. Acompáñanos en nuestra reseña de Perfect Days (2023) para saber más.
Perfect Days (2023)
Director: Wim Wenders
Guionistas: Wim Wenders, Takuma Takasaki
Reparto principal: Koji Yakuso, Tokio Emoto, Arisa Nakano,
Género: Drama
País: Japón
IMDb: 7.9
Sinopsis: Hirayama trabaja limpiando los baños públicos de Tokyo y mantiene una rutina de vida simple pero gozosa, donde la música y los libros constituyen sus grandes pasiones.
La belleza de lo pequeño y lo problemático
El plato fuerte de la película es la construcción de su protagonista como alguien que encuentra placer hasta en lo más insignificante. Aunque el trabajo de Hirayama y su rutina pueden ser considerados desagradables para gran parte de la sociedad, él disfruta ambas cosas como si fuesen dignas de un rey. Elige su vida día a día y la ama. Así, Perfect Days se configura para causar un fuerte impacto en el espectador, que dejará la sala de cine con deseos de adorar su cotidianeidad.
Incluso cuando se encuentra frente a frente con situaciones turbulentas, Hirayama siempre procura encontrar lo positivo y ver el vaso medio lleno. Tanto así, que termina contagiando de positividad a los hechos desafortunados hasta transformarlos en aprendizajes. A veces, incluso logra cambiar a las personas que lo rodean. Parece estar en control de todo cuando, en realidad, solo es un hombre común y corriente, y la película trabaja en detalle con dicha dualidad.
El momento presente
Por otra parte, el protagonista es un amante del tiempo presente. Nunca se estanca en arrepentimientos del pasado ni en preocupaciones sobre el futuro. Jamás permite que la belleza del ahora sea contaminada por lo que sucedió o lo que sucederá. Este rasgo, sumado a la ya mencionada apreciación por los detalles del mundo, le da a Perfect Days una conmovedora aura espiritual. Muchos espectadores afirmaron sentir que meditaban mientras veían la película, y no se equivocan en su percepción.
La filmografía de Wim Wenders siempre fue elogiada por centrarse en la belleza de lo simple y del hoy de sus personajes, y la cultura japonesa multiplica esa dicha. La película es ideal para aquellas personas que se sientan perdidos o incapaces de encontrar motivos por los que estar agradecidos. A través del punto de vista de Hirayama, aprendemos que la felicidad no está en los grandes hechos de la vida, sino en las pequeñas cosas del día a día que nos generan, al menos, un minúsculo atisbo de placer.
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