Con el estreno mundial de la aclamadísima Poor Things (Pequeñas criaturas, 2023) a la vuelta de la esquina, la figura de su director, Yorgos Lanthimos, está a punto de establecerse como la voz definitiva del cine contemporáneo. Aunque ya es un cineasta ampliamente reconocido, su última película podría otorgarle la mayor de las consagraciones. Mientras esperamos el veredicto de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, revisemos el punto iniciático de su filmografía, que no tiene nada que envidiarle a las obras más recientes del director griego. Acompáñanos en esta reseña de Dogtooth (Canino, 2009) para saber más.
LEER MÁS: La sociedad de la nieve, un fiel retrato del accidente de los Andes
Κυνόδοντας (Canino, 2009)
Director: Yorgos Lanthimos
Guionistas: Yorgos Lanthimos, Efthimis Filippou
Reparto principal: Christos Stergioglou, Michele Valley, Angeliki Papoulia, Christos Passalis, Mary Tsoni
Género: Drama, Suspenso
País: Grecia
IMDb: 7.2
Sinopsis: Tres hermanos crecen aislados del mundo exterior por la decisión de sus padres, que se encargan de idear cada detalle del universo doméstico en el que pasan sus días.
La configuración de un mundo propio
El aspecto más interesante de Dogtooth es la meticulosidad no exacerbada en el armado de la claustrofobia que los personajes habitan. Desprovista por completo de cualquier tipo de modificación bizarra, la casa donde sucede la historia parece ser un hogar como cualquier otro. Los muebles son simples muebles, las habitaciones solo son habitaciones, y el patio es un mero patio. Es en las convenciones de la familia que Lanthimos siembra las señales de una forma de vida alejada de la normatividad.
Por ejemplo, los padres le enseñan a sus tres hijos que los muebles llevan los nombres de ciertas palabras que podrían ser peligrosas para ellos, como «libertad» y «mar». Las habitaciones están repletas de stickers, únicas recompensas que los hermanos obtienen cada vez que se destacan unos por sobre los otros en algún desafío impuesto por el patriarca. Y el patio, que sirve como lugar de conexión con el mundo «real», se construye como el espacio de la rebeldía y lo inesperado. Es en el contenido interno de las cosas, y no en sus apariencias físicas, donde reside el atractivo de la película.
Un don autoral
Sin lugar a dudas, el fuerte del director griego es la creación de tramas donde el instinto orquesta todas las acciones y decisiones. En otras palabras, es un gran arquitecto de personajes que se enfrentan a mundos estrictos con nada más que sus crudas corazonadas para guiarlos. Contrario a lo predecible, sus películas son un experimento sin imposiciones, donde cada persona es libre de satisfacer su libre albedrío partiendo de los deseos más crudos que puedan imaginarse.
Dogtooth, su primera película de reconocimiento internacional, no es la excepción. Tampoco es el inicio de una marca autoral que luego se consolidaría con el tiempo. Todo lo contrario, se trata de un estilo cinematográfico intenso que nunca cesaría en su fuerza. Desde sus primeras obras hasta el día de hoy, Lanthimos sostuvo la cámara con igual firmeza, siempre centrado en exponer su idea radical del cine como absurdo mientras esquiva los tropos prototípicos. Por eso, no es de extrañar que una producción «pequeña» como Dogtooth pueda dialogar de par en par con The Favourite (La favorita, 2018) o Poor Things. Todos sus monstruos humanos son confeccionados con igual complejidad, y los universos con los que chocan siempre se destacan por su hermetismo y violencia.
LEER: The Great, la serie del guionista de La favorita
Esperamos que te haya gustado nuestra reseña de Dogtooth ¿Cuál es tu película preferida del director? Queremos leerte en nuestras redes sociales.