Hoy en día parece que el mercado cinematográfico esta plagado de películas de superhéroes y al parecer también de biopics. Este es un subgénero que se ha adaptado de maravilla a las diferentes narrativas del cine, cosa que el de superhéroes no ha sabido hacer. Como ejemplo solo basta mencionar a Oppenheimer o Maestro, las biopics nominadas al Oscar este año, y las pésimas críticas que ha recibido Madame Web. En esta ocasión te dejamos la reseña de Ferrari, la cinta que triunfo en Venecia y que por fin llego a México.
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Ferrari (2023)
Director: Michael Mann
Guionista: Troy Kennedy-Martin
Reparto principal: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Patrick Dempsey, Sarah Gadon, Gabriel Leone, Jack O’Connell
Género: Drama, Biopic
País: Estados Unidos
Sinopsis: Durante el verano de 1957, el ex piloto de carreras Enzo Ferrari está en crisis. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa Laura, construyeron de la nada hace diez años. Su tormentoso matrimonio se debate entre el luto por un hijo y el reconocimiento de otro, fruto de su relación con Lina Lardi. En esta crucial etapa, Ferrari tomará decisiones arriesgadas, y acabará apostándolo todo en una única carrera que atraviesa 1000 millas a lo largo de toda Italia, la icónica Mille Miglia.
Una biografía global
A menudo las biográficas cinematográficas, suelen caer en el mismo patrón en la forma de contar los hechos de un personaje. Tratan de contar el relato de una persona como si su vida fuera completamente la ficción y no tuviera errores o que estos estén justificados. O, por el contrario, exagerar y explotar los lados oscuros de una existencia; al final esto es decisión del director y de su presencia en la perspectiva. Michael Mann se aleja de ambas cosas y toma una decisión inteligente, pero arriesgada.
El director prácticamente tiene tres hilos narrativos: el empresario con deseos de triunfar, el marido con un puñado de malas decisiones y el contexto político que afecta directamente al protagonista. El guionista logra que estos elementos se unan y converjan en el mundo del automovilístico. En la historia lo que pasa en la empresa se replica en la vida personal del empresario, esta dinámica mantiene al espectador interesado por saber más. El montaje y la edición se convierten en la forma de establecer el tono y el ritmo de la película. El director destaca el hecho que el magnate es un ex piloto automovilístico, por lo que todas sus decisiones son casi siempre impulsivas. Lo que antes o después, tendrá consecuencias que no se revelarán en esta reseña de Ferrari.
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Una apuesta ¿fallida?
Mann utiliza su habilidad para platear que Enzo Ferrari es una fuerza de la naturaleza, que desea que todo en su vida sea un éxito y lo logrará a cualquier costo. Esa es la premisa que marca la cinta, el guion inicia rápido, directo y sin contemplaciones con ese objetivo. Pero el argumento pierde un poco de fuerza cuando se adentra en la vida privada del heredero.
Fuente: Neon
En un punto pierde el suspenso y adquiere tintes melodramáticos que ponen en duda el carácter del protagonista planteado en la mayor parte de la cinta. Es evidente que Mann trata de explorar las emociones de Enzo, pero la premisa se desdibuja a medida que la historia se hace más compleja. La intención del realizador, de explorar en lo que hace a Enzo ser quien es, se hace apresurada y en especial, forzada.
Al final la premisa funciona, mientras el cineasta puede mantener la sensación de urgencia en su narración. Esperamos que esta reseña de Ferrari te haya gustado. Cuéntanos en nuestras redes sociales ¿Qué biopics es tu favorita? ¿Crees que este subgénero siga creando expectativa en el público? ¡Te estaremos leyendo!
