Al revisar la historia del cine alemán, es imposible no encontrarse una y otra vez con el nombre de Rainer Werner Fassbinder. El director contribuyó tanto al cine de su país como al de su continente, y los rasgos de estilo de sus producciones siguen replicándose en las películas occidentales hoy en día. Una de sus grandes creaciones es una historia que habla de la relación amorosa entre dos personas que pertenecen a una minoría, y que sufren constantemente de la mirada intrusa del resto. Acompáñanos en esta reseña de Fear Eats the Soul (Todos nos llamamos Alí, 1974) para saber más.
Un treintañero marroquí y una viuda de sesenta años se conocen en un bar y comienzan a descubrir que entre ellos se dibujan más similitudes que diferencias.
La angustia corroe el alma (Todos nos llamamos Alí, 1974)
Dirección y guion: Rainer Werner Fassbinder
Reparto principal: Brigitte Mira, El Hedi ben Salem
Género: Drama
País: Alemania
IMDb: 8.0
La importancia del espacio
Una de las características más importantes del cine moderno, poética a la que Fassbinder pertenece, es la idea de no dejarle todo servido en bandeja al espectador. Luego de los mejores años del cine clásico, que se esforzaba sobremanera en hacer películas donde el público obtuviese una historia fácil de masticar, aparecen directores que dejan de subestimar al observador y le proponen desafíos. Y no se trata de que los diálogos omitan información, por ejemplo. Sino de que el resto de los elementos de la cinta cuenten aun más información que una conversación entre personajes.
En Fear Eats the Soul, aquellos portadores de pistas cruciales son las locaciones. No había cosa a la que Fassbinder le causase más curiosidad que la organización de los espacios. Los dos personajes principales comienzan siendo filmados desde una lejanía y, cuando se conocen a fondo, los vemos tan de cerca que podemos sentir la intimidad sin que esta se explicite. Más tarde, cuando el conflicto los desconoce, otra vez estan lejos entre sí y nosotros los vemos desde más atrás. Así, la cámara se hace cargo de las emociones de los personajes y nos invita a decodificarlas solo desde la imagen.
El manierismo
En esta película de Fassbinder aparece una manera de filmar que signa de principio a fin al cine que vemos hoy en día. Se trata del manierismo, una tendencia de ciertos directores de cine a emular el estilo y las herramientas de otros. En la contemporaneidad, las películas que consumimos están llenas de referencias que van desde un modo de utilizar la cámara a una pequeñísima referencia visual en la escenografía.
En Fear Eats the Soul, gran parte de la película retoma elementos de Douglas Sirk, director con el que Fassbinder estaba absolutamente fascinado. Se basa, específicamente, en la película All That Heaven Allows (Solo el cielo lo sabe, 1955), donde una viuda de buena posición social se enamora de su jardínero, convirtiéndose ambos en el blanco de las miradas de todas las familias de clase alta. Esas miradas, que se generan desde los movimientos de la cámara por el espacio que Sirk emplea, tienen el mismo color en la película de Fassbinder, y la misma agresividad.
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