El cine y la literatura son probablemente las más cercanas de las artes. De hecho, toda película nace a partir de palabras, acomodadas en forma primero como una escaleta y después de un guion. Así, la pantalla grande (y ahora pequeña también con el streaming) se ha convertido en un punto de encuentro para muchos bibliófilos y cinéfilos que disfrutan viendo películas sobre literatura.
Sin embargo, el cine ha tomado al mundo de la literatura no sólo como base sino también como inspiración para crear grandes historias. Desde la figura del escritor como protagonista hasta las bibliotecas como escenarios, la literatura ha sido reflejada una y mil veces en películas de todo tipo.
Entre la amplísima variedad de películas dedicadas al mundo de la literatura, hay algunas que son un verdadero goce para los bibliófilos y cinéfilos. Pues los verdaderos protagonistas de estas cintas son los libros, esas cosas que han fascinado a la humanidad durante siglos enteros y que aún hoy siguen siendo objeto de deseo de muchas personas.
Precisamente a continuación te dejamos algunas películas indispensables que todo bibliófilo que se respete debe ver al menos alguna vez en su vida.
La última puerta (The Ninth Gate, 1999)
Quizá esta película es una de las menos conocidas de Johnny Depp, pero, sin lugar a dudas, es una de las que más le volará la cabeza a los bibliófilos. La cinta nos cuenta la historia de Dean Corso, un taimado comerciante de libros antiguos. Él es todo un mercenario sin escrúpulos que es capaz de embaucar a cualquier inexperto para hacerse con los textos más caros y, por supuesto, más valiosos.
Corso es contratado por Boris Balkan (Frank Langella), un acaudalado coleccionista de textos con una biblioteca muy peculiar: todos los libros que las componen están dedicados al diablo. El vendedor es contratado para estudiar “Las Nueve Puertas”, un escrito cuyo contenido podría tener la clave para ser poseedor de poderes infernales más allá de la comprensión humana.
Para descifrar los oscuros secretos del texto, el vendedor y valuador debe analizar las otras dos copias que sobreviven del manuscrito. En principio parece una tarea sencilla, pero mientras Corso avanza, sortea varios peligros, desde los más terrenales como la codicia de otros coleccionistas hasta algunos más sobrenaturales (y peligrosos, naturalmente).
Además de la trama, que sin duda atrapa, el bibliófilo se deleitará en un escabroso paseo por el mundo del libro antiguo. Desde las filigranas, las marcas de fuego, las colecciones privadas, hasta alguno que otro dato sobre cómo es que se conoce la antigüedad de un libro.
El nombre de la rosa (Der Name der Rose, 1986)
Uno de los textos más misteriosos de la historia de la literatura es el libro II de la Poética de Aristóteles. Hay quienes consideran que el filósofo jamás hizo dicho texto dedicado a la comedia. Hay otros quienes creen que el libro realmente existió, pero que se perdió con el paso de los años.
Este texto inspiró la mente de Umberto Eco, quien escribió la novela que sirvió como base para crear la película homónima. Sean Connery y Christian Slater interpretan a Guillermo de Baskerville y a Adso de Melk, frailes franciscanos que llegan a la apartada abadía al norte de Italia para participar en un debate. Sin embargo, son recibidos con el misterio de una muerte, la primera de varias que sucederían.
Todas las muertes se entrelazan con algo en común: la biblioteca de la abadía, un verdadero oasis de conocimientos, pero, al mismo tiempo, una trampa mortal. Guillermo y Adso deben resolver el crimen lo más pronto posible, antes de que un peligroso y antiguo conocido llegue al lugar.
La biblioteca de la abadía es, a falta de mejores palabras, un paraíso para todo bibliófilo. Es un sitio que, aunque ficticio, le saca un suspiro a más de uno, tanto por la cantidad de libros como por los textos que tiene. Además, esta película nos muestra cómo trabajaban los copistas medievales en el scrptorium.
Ágora (2009)
Sin embargo, el título de la biblioteca más fantástica de toda la historia es la Biblioteca de Alejandría. Según los estudiosos, en este lugar se concentró todo el saber del mundo antiguo. Este lugar es uno de los principales escenarios de la película dirigida por Alejandro Amenábar.
Ágora nos cuenta la historia novelada de Hipatia de Alejandría, una de las pocas filósofas y matemáticas que conocemos de la antigüedad. Ella vivió en uno de los momentos históricos más convulsos: mientras que el gran Imperio Romano se caía a pedazos, el cristianismo luchaba con el paganismo y el judaísmo para ganar adeptos.
Ella luchaba por un mundo dirigido por la razón y conocimiento, pero el Cirilo, el obispo de Alejandría, peleaba por el control de la ciudad por medio de la movilización de sus fieles con la fe como su estandarte de lucha.
Esta cinta protagonizada por Rachel Weisz nos muestra una reconstrucción bastante detallada de Alejandría en tiempos del emperador Teodosio I. Desde el Serapeo (que era un centro de investigación) hasta la biblioteca, sin duda será apreciada por los bibliófilos que vean esta película.
Secretos de una pasión (The Reader, 2008)
Pero no todas las bibliotecas tienen que ser gigantescas para ser bellas. Hay algunas pequeñas que han sido confeccionadas con amor, con libros que son más que objetos, sino también recuerdos. Un ejemplo lo encontramos en esta película, la cual es protagonizada por Kate Winslet y David Kross.
En la Alemania de la postguerra, Michael Berg se encuentra por azares del destino con una mujer mayor que él, Hanna Scnmitz. Un penoso accidente sirvió como tierra fértil para que florecieran los sentimientos entre ambos. Al centro de la relación, siempre estuvo la literatura: Homero, Chéjov, etc. Él leía, ella escuchaba.
El mismo destino que los separó los volvió a unir de la misma manera azarosa muchos años después. Las circunstancias eran muy distintas y la habían transformado en una criminal, cuya posible salvación se encontraba en el mismo hábito que cultivaron juntos muchos años atrás. Ella hizo su propia biblioteca, modesta pero compuesta con todos esos libros que significaron algo para los dos.
Esta película es imprescindible para todos los bibliófilos que buscan revalorar el deleite de la lectura, de los libros y de las palabras. También será de gran utilidad para todos aquellos que creen en la capacidad que tienen los textos para unir a las personas.
Fahrenheit 451 (2018)
Además de ser portadores de nuestros recuerdos, los libros también nos inspiran. Nos hacen dudar, pensar y conocer mundos y mentes ajenas a las nuestras. Sin embargo, mientras que para algunos son una puerta, para otros son la llave para abrir la caja de Pandora. Son, en otras palabras, la clave de la subversión, de la rebeldía contra un status quo.
Esto es el quid de la película. En un futuro (el cual cada vez parece más cercano) los bomberos han dejado de apagar incendios. En ese escenario, más bien los provocan. El combustible para desatar las llamas son los libros, pero estos objetos han sido preservados por grupos radicales.
Una integrante de estos radicales conversa con uno de los bomberos, lo cual cambió su vida para siempre. Él, contrario a todo lo que cree que debe hacer, salva un libro y comienza a leerlo, lo cual le da un giro total a todo lo que pensaba.
¿Quién, en su sano juicio, recomendaría a los bibliófilos una película donde queman libros? El principal motivo de la recomendación es que más allá de ser un objeto, el libro es un concepto que pervive. Es una serie de ideas capaz de incendiar las mentes y corazones. Ahí radica su verdadero valor.
Seguramente conoces más películas sobre literatura como estas que nos recuerdan lo maravillosos que son los libros. ¡Nos encantará leer tus opciones! Así que escríbenos en nuestras redes sociales qué otros libros le recomendarías a los bibliófilos como tú.