Nos encanta cuando los personajes de pronto voltean a vernos. A veces se vuelven descarados, nos comparten sus pensamientos, nos confiesan que saben que están en una película… Si eres un cinéfilo quizás estés familiarizado con términos como el Wilhelm Scream y la cuarta pared invisible del cine.
La cuarta pared o la cuarta pared invisible se refiere a aquella pared hipotética que divide al público (la realidad) del escenario (la ficción). Es una convención que surgió en las representaciones teatrales en las que la audiencia voluntariamente se imagina algo que la separa de los actores. Aunque este término es un préstamo del teatro, es también aplicable para otras obras de ficción como series, cómics, videojuegos y películas.
Esta convención, en la que todos jugamos, asume que nosotros (la audiencia) podemos ver a los actores pero ellos no nos pueden ver a nosotros. Los actores entonces juegan a pretender que no estamos ahí (o que la cámara es inexistente); ¡imagínate la preparación actoral que esto requiere! La aceptación que tenemos (como audiencia) de la existencia de la cuarta pared es parte del término literario: suspensión voluntaria de la incredulidad. Esto es cuando, se anula la incredulidad, se evita intencionalmente el pensamiento crítico y se decide creer en la ficción con el fin de disfrutarla. Es como entregarse a la magia ¿bonito, verdad?
Historia de la cuarta pared
Aunque desde el teatro clásico se utiliza esta convención, el concepto de la cuarta pared se le atribuye a Denis Diderot. El filósofo, crítico y dramaturgo francés definió el termino por vez primera en 1758 en el Discurso sobre la poesía dramática. Lo interesante es el cambio del teatro al cine: ¿recuerdas cómo fue la primera proyección de cine en la historia?
La cuarta pared en el cine
La llegada del tren a la estación Ciotat de los hermanos Lumière, 1895
La creencia popular es que cuando se proyectó este filme de 50 segundos, la audiencia se asustó e incluso algunos abandonaron la sala. La razón es que, debido a la posición de la cámara se aprecia la profundidad de campo y el movimiento del tren avanzando hacia esta. El cine, como medio nuevo, no tenía aún la convención de la cuarta pared aún para los espectadores quienes pensaron que el tren saldría de la pantalla. Luego fue evidente lo ficticio del cine (a pesar de parecer tan real) y se unió a la convención.
Se rompe la cuarta pared en el cine
En el teatro la cuarta pared está entre los actores (ficción) y espectadores (realidad). Cuando se rompe en el teatro, provoca una interacción entre público y actores: en Peter Pan, la audiencia aplaude para ayudar a salvar a Campanita. En el cine la cuarta pared involucra tanto a la cámara como a la audiencia. Como los espectadores no están presentes, los actores de cine rompen la cuarta pared al interactuar con la cámara y pretender que son ellos.
El primer registro de la ruptura de la cuarta pared en el cine es de 1901 en The Big Swallow de James Williamson. En este experimento sorprendente del director perteneciente a la “Escuela de Brighton”, un hombre se come la cámara y al operador.
Más tarde, en 1903, se volvió a romper la cuarta pared en The Great Robbery, el corto western de Edwin S. Porter. El actor Justus Barnes rompe la pared invisible, apunta y dispara al público.
Razones para romper la cuarta pared
Hay un gran número de películas que rompen la cuarta pared; esto se hace intencionalmente, frente a nosotros y a veces sin que nos damos cuenta. Los propósitos para recurrir a este recurso narrativo son diversos, a continuación mencionamos algunos con ejemplos:
Efecto cómico
Usualmente en obras infantiles se rompe la cuarta pared, quizás debido a que los niños imaginan libremente y están más dispuestos a interactuar con los personajes. En pleno “Hakuna Matata” Timón interrumpe a Pumba para que no diga algo obsceno frente a los niños que están viendo El Rey León.
Provoca empatía y complicidad
En Le fabuleux destin d’Amélie Poulain, se narra lo que le gusta y disgusta a cada personaje, pero solamente Amélie habla directamente a la audiencia. En El lobo de Wall Street, Jordan Belfort habla de las drogas que consume y afirma su adición al dinero.
Ambos personajes, aunque muy diferentes, nos confiesan sus secretos, nos hacen sentir empatía y ponernos de su lado. Queremos que Jordan Belfort no sea descubierto y se salve de ir a prisión. Al mismo tiempo, queremos que Amélie sea descubierta (que todos noten su bondad y belleza) y se salve de una vida solitaria y triste. Lo esencial es notar que al romper la cuarta pared, solamente nosotros tenemos entrada a la mente de estos personajes.
Desarrollo de personajes
Los shows de comedia rompen la cuarta pared para explorar nuevos terrenos humorísticos: se puede, por ejemplo, reflexionar sobre un chiste haciendo otro chiste. Pero Fleabag no es cualquier serie de comedia; es una gema moderna cuyo hábil juego con la cuarta pared le valió el Emmy. Durante este show de la BBC, el personaje de Fleabag voltea a ver constantemente a la audiencia y hace comentarios divertidos y sarcásticos sobre lo que está ocurriendo.
No vemos solamente su comportamiento mesurado con otros, sino que podemos conocerla realmente; con nosotros es auténtica y nos permite entrar en su estado mental. El rompimiento de la cuarta pared nos enseña lo solitaria que es su vida a pesar de estar rodeada de familia, amigos y amantes.
El momento clave es cuando “se rompe” la ruptura de la cuarta pared. Aparece alguien que la ve realmente como es y se da cuenta de los momentos en que Fleabag voltea a hablar con la cámara. Si no la has visto, ve a verla y luego regresas a seguir leyendo.
Perturba al espectador
En general, el hecho de que el personaje te hable hace que te sientas especial, pero definitivamente esto no ocurre en el género de terror. Cuando hay un personaje aterrador, no quisiéramos que encuentre al protagonista (por el cual sentimos empatía) pero tampoco queremos que nos encuentre a nosotros. Algunas veces cuando se rompe la cuarta pared, se llega a sentir como una violación a la privacidad, agresiva y perturbadora:
Existen muchísimas producciones cinematográficas que han utilizado este recurso en diversas maneras. Ahora que seguramente ya has recordado varios; escríbenos tus favoritos en los comentarios. Mientras, te dejamos con estos bloopers de aquella vez en que Monica rompió sin querer la cuarta pared en el rodaje de Friends. Recuerda que advertimos que la preparación actoral para reconocer la cuarta pared e ignorar la cámara y audiencia es cosa seria y requiere mucha concentración.