Las historias son parte fundamental de nuestra vida, tanto que hasta nuestro subconsciente las crea (en nuestros sueños, por ejemplo) sin que nos demos cuenta. Cuando somos conscientes de que las historias son algo que toda la humanidad tiene en común, podemos entender su importancia. Las historias de Pixar muestran los problemas y deseos más fundamentales y universales.
Aunque parezcan sencillas, las historias de Pixar son elaboradas con mucho cuidado para que sean redondas y tengan personajes complejos bien desarrollados. No por nada son de las más esperadas y galardonadas cada año. Para todo cinéfilo que se ha conmovido con las historias de Pixar y quiere entenderlas mejor o escribir las propias, aquí hay 22 tips infalibles. Cada uno de estos consejos fue tuiteado por la antigua Story Artist de Pixar Emma Coats, quien ahora crea historias para Google.
A continuación te dejamos cada uno de los tips (en español) para que empieces a desentrañar la magia y a crear historias:
- Admiras más a un personaje por lo que intenta que por sus logros.
- Ten en mente lo que es interesante para ti como audiencia, no lo que es divertido hacer como escritor. Puede haber una gran diferencia entre ambos.
- Enfocarse en el tema es importante, pero no podrás ver de qué se trata en realidad la historia hasta que la termines. Cuando eso pase, reescribe.
- Fórmula: Había una vez __________. Todos los días,_________. Un día________. Debido a eso__________. Debido a eso__________. Hasta que finalmente________.
- Simplifica. Enfócate. Combina los personajes. Salta por encima de lo que pueda desviarte. Sentirás que estás perdiendo cosas importantes pero eso te libera.
- ¿En qué es bueno tu personaje? ¿Con qué se siente cómodo? Ponlo en el polo opuesto. Desafíalo. ¿Cómo lidia con eso?
- Ingenia tu final antes de que desarrolles tu parte media. En serio. Los finales son difíciles, trabaja el tuyo desde antes.
- Termina tu historia, déjala ir aún si no es perfecta. En un mundo ideal tendrás ambos, pero sigue adelante. Hazlo mejor la próxima vez.
- Cuando estés atorado, haz una lista de todo lo que NO PASARÍA a continuación. Muchas veces, el material necesario para desbloquearte aparecerá.
- Separa y examina las historias que te gustan. Lo que te gusta de ellas es parte de ti; debes de reconocerlo antes de que lo puedas usar.
- Al ponerlo en papel puedes comenzar a arreglarlo. Si se queda en tu mente, como una idea perfecta, nunca podrás compartirlo con nadie.
- Descarta la primera cosa que venga a tu mente. Y la segunda, tercera, cuarta, quinta; quita todo lo obvio. Sorpréndete a ti mismo.
- Dale opinión a tus personajes. Los pasivos y maleables pueden parecerte agradables mientras escribes, pero son veneno para la audiencia.
- ¿Por qué debes de contar ESTA historia? ¿Cuál es la creencia que arde dentro de ti y de la cual tu historia se alimenta? Eso es el corazón de todo.
- Si tú fueras tu personaje, en esta situación, ¿cómo te sentirías? La honestidad brinda credibilidad a las situaciones increíbles.
- ¿Cuáles son las apuestas? Danos una razón para apoyar al personaje. ¿Qué pasaría si él no tiene éxito? Enlista las probabilidades en contra.
- Ningún trabajo es en vano. Si no está funcionando, déjalo ir y sigue adelante; ya volverá después cuando sea útil.
- Tienes que conocerte a ti mismo: la diferencia entre hacer lo mejor y quejarte. Una historia es pruebas, no refinamiento.
- La coincidencias para meter en problemas a los personajes son geniales; las coincidencias para sacarlos de los problemas son hacer trampa.
- Ejercicio: toma los componentes de una película que no te guste. ¿Cómo los reordenarías en algo que SÍ te guste?
- Te tienes que identificar con tu situación/ personajes, no puedes simplemente escribir algo “cool”. ¿Qué te haría A TI actuar de esa manera?
- ¿Cuál es la esencia de tu historia? ¿La forma más económica de contarla? Si conoces esto, puedes empezar a construir de ahí.
Ya tienes los 22 consejos, ahora inspírate con 33 años de las conmovedoras historias de Pixar en este video. Después, cuéntanos tu tip favorito en los comentarios y, ¡a crear historias!