¿Cómo fueron las primeras peículas latinoamericanas que integraron sonido? Histriónicas, eclécticas, productoras de aturdimiento, pero siempre necesarias. Gracias a la experimentación de los equipos detrás de estos largometrajes pioneros, hoy tenemos compositores que perfeccionaron la cultura de la música cinematográfica hasta llevarla a su máximo esplendor. Por ejemplo, el argentino y ganador del Oscar Gustavo Santaolalla por el soundtrack de Brokeback Mountain (El secreto de la montaña, 2005), o el chileno Herbert Spencer nominado al Oscar por la música de Scrooge (La alegre historia de Scrooge, 1970).
En este caso, desmenuzamos una película que se beneficio enormemente de las primeras décadas de la herramienta sonora como norma general del cine en Argentina. Acompañanos en esta reseña de Las seis suegras de Barba Azul (1945) para saber más.
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Las seis suegras de Barba Azul (1945)
Director: Carlos Hugo Christensen
Guionista: César Tiempo
Reparto: Pepe Arias, Guillermo Battaglia, Alberto Contreras
Música: George Andreani
Duración: 84 minutos
País: Argentina
Sinopsis: Un hombre que se ha casado y enviudado seis veces experimenta un gran cambio cuando conoce a seis mujeres artistas.
Época dorada del cine argentino
Como dijimos, esta cinta fue filmada en pleno auge del sistema que le significó al cine sudamericano un antes y un después: el del sonido. Con la creación del primer largometraje nacional sonoro en 1931, las salas de cine experimentaron una cantidad de butacas ocupadas que no hubiese sido posible en el marco del cine mudo. De hecho, con la incorporación del sonido, no solo se habilitaron nuevas funcionalidades en las cintas, sino también en documentales, videos musicales y hasta en la radio.
Las seis suegras de Barba Azul no es la excepción. El sonido fónico y musical le otorga todo su sentido. La voz permite que la cinta no tenga que recurrir solo a sus actuaciones grandilocuentes para expresar correctamente lo que sucede. La música refuerza lo que la voz expresa, casi siempre inyectandole música de tensión a la trama cuando sucede algo fuera de lo esperado. Gracias a la herramienta sonora la película habilita nuevas maneras de interpelar al espectador más allá de lo visual.
Las historias dentro de la historia
Uno de los procesos más interesantes de Las seis suegras de Barba Azul trata de sus «metahistorias», sus relatos internos. En la actualidad, las producciones que utilizan este procedimiento suelen tener un gran publico. Marvel con su multiverso, el musical de Hamilton (2020) con sus miles de referencias que van desde Eminem hasta Macbeth de Shakespeare, o inclusive la franquicia de Scary Movie. Está claro que contar más de una historia en el mismo relato hace a la producción llamativa para más de un tipo de público.
Como dijimos, este largometraje argentino tiene otras narrativas. El protagonista, que enviudó seis veces, es apodado «Barba Azul» por sus vecinos. Ello refiere al personaje que habita en el cuento del mismo nombre, que también perdió a sus seis esposas. Además, también se incluye la historia de Enrique VIII, rey de Inglaterra que se casó seis veces y decapitó a dos de sus esposas. Los dos relatos intentan generar un sentimiento inicial: el protagonista de la cinta es igual de sanguinario que Barba Azul y Enrique VIII.
La no simplificación
Esta película tiene una característica que no solo era común en su género, país o continente, sino en el mundo entero durante los inicios de la popularización del cine. Hablamos del director que hacía cine para mostrar una historia propia, no para complacer al publico. A diferencia de las producciones cinematográficas actuales, este cine no se amoldaba a la cultura del espectador promedio, ni entregaba una historia fácil de desovillar. En cambio, lo forzaba a prestar atención en todo momento. Por ejemplo, los largometrajes de la época no escatimaban en duración si era lo que se necesitaba para contar una visión del mundo. En cambio, pensar en hacer una película de tres horas en pleno 2022 es casi un suicidio laboral para las productoras cinematográficas.
Acá lo vemos en el sentido actancial, es decir, al nivel de los personajes. De forma sintética, se nos presenta al protagonista, sus seis suegras y a sus seis nuevas amigas. Pero la historia no profundiza demasiado en ninguno de estos últimos doce personajes y solo los presenta como ideas, como fuerzas que tiran de un lado y del otro al personaje. El director no vió la necesidad de explayar a ninguna de las mujeres que atraviesan esta cinta, por lo que solo las empleó como concepto. En el cine actual, sabemos lo criticadas que son algunas cintas por dejar personajes en el gris o sin un comienzo y desenlace propiamente dichos.
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