Aunque año a año tenemos miles de películas que reflexionan sobre la maternidad, en el 2021 fuimos testigos de una de las historias más crudas con respecto a este tópico. Se trata de la película de Valdimar Jóhannsson, un director que entendió las vicisitudes de tener un hijo al examinarlas bajo la luz del mundo animal. Así, nos impacta con una historia en la que una joven pareja recibe un milagro que subsana sus deseos, hasta entonces fallidos, de formar una familia. Pero esta bendición viene en un envase inesperado. Acompáñanos en nuestra reseña de Lamb (2021) para saber más.
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Lamb (Dýrið, 2021)
Director: Valdimar Jóhannsson
Guion: Valdimar Jóhannsson, Sjón
Elenco: Noomi Rapace, Hilmir Snær Guðnason, Björn Hlynur Haraldsson
Género: Drama, Fantasía, Terror
Países: Islandia, Suecia, Polonia
IMDb: 6,3
La maternidad y el que dirán
Lo primero que la película pone en conflicto es un tema altamente sensible para nuestra sociedad: la maternidad. Las concepciones sobre las mujeres y sus decisiones reproductivas fueron, son y serán el eterno blanco de todas las críticas. Por cada mujer que busca quedar embarazada, o que no lo hace, aparece una ola de opiniones que juzga su acción de correcta o incorrecta, con muchos grises ofensivos en el medio. El director parece ser muy consciente de este dilema social, y busca poner en crisis la opinión del espectador con una pareja que, en su narrativa, difiere mucho de la familia funcional.
Aunque no se nos es explicitado, notamos que Maria e Ingvar experimentan un sentimiento negativo tácito con respecto a la maternidad. Todo en su cotidianeidad es una tensión irresuelta. Desde compartir el desayuno hasta trabajar juntos en la granja, las actividades que llevan a cabo están ahogadas por un vacío ineludible que les corta la voz. Y esto es todo lo que podemos saber, porque lo único que el director deja entrever. A diferencia de la nuestra, su opinión o punto de vista nunca busca explicarnos o argumentar los porqués de la pareja y sus deseos. Simplemente, nos la muestra en toda su fatalidad amena, la cual es insoportablemente cruda.
El animal y su sistematicidad
El otro elemento que se pone en tela de juicio es la misma maternidad trasladada al mundo animal. Curiosamente, es también un aspecto que resuena en los ecos de ciertos grupos de opinión que cree que una madre humana tiene la idéntica obligación de maternar que una madre del mundo animal. La protagonista rompe con el orden de esta creencia, alterando la naturaleza equilibrada de los procesos en los que conectan madre e hijo o cría.
Es común pensar que una madre humana tiene la capacidad de sentir emociones complejas de amor y protección para con su hijo, mientras que las madres en el mundo animal cuidan a sus crías con una noción únicamente sistemática de su deber. Sin embargo, Lamb prueba, a su manera, que no es así. Todo lo que emerge de un animal es instintivo, y por esa misma razón, resulta imparable. La protagonista se verá constantemente obstaculizada por la naturaleza de los animales que la rodean, que le recuerdan con franqueza total su alteración al equilibrio de la vida.
Esperamos que te haya gustado nuestra reseña de Lamb ¿Qué otras películas que cuestionan los estereotipos sobre la maternidad conoces? Queremos leerte en nuestras redes sociales.