Campanella es, sin duda alguna, el mejor director argentino de los nuevos tiempos. Poco lo demuestran todos los premios que ganó, entre los que se destaca un flamante Oscar a la mejor película extranjera. Su verdadero logro es contar historias sumamente diversas entre sí, pero siempre con la misma cantidad de color local, humor, emoción y reflexión sobre la vida. En esta ocasión, se adentra en la vida de un hombre adulto que intenta balancear su ocupadísima vida laboral con su vida familiar, siempre dándole a la segunda menos peso, hasta que su padre aparece con una idea absolutamente descabellada. Acompáñanos en nuestra reseña de El hijo de la novia (2001) para saber más.
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El hijo de la novia (2001)
Director: Juan José Campanella
Guion: Juan José Campanella, Fernando Castets
Elenco: Ricardo Darín, Norma Aleandro, Héctor Alterio
Género: Comedia, Drama
País: Argentina
IMDb: 7.8
El tratamiento de la vejez
Sin importar el género al que pertenezcan, las películas que tratan el tema de la vejez nunca dejan de aportar visiones valiosas sobre el tópico. Sin ir más lejos, resulta una etapa de la vida llena de nostalgia, temores y reminiscencias del pasado que conmueven a cualquiera. Desde el terror hasta el romance, la tercera edad posee vastos territorios por explorar y descubrir desde el ámbito artístico.
En el caso de El hijo de la novia, Campanella explora todo lo que recorre la vivencia de tener padres mayores de edad y, al mismo tiempo, estar en una etapa adulta donde es imposible disfrutarlos. Al mismo tiempo, filma a la perfección esa estupefacción cotidiana gracias a la cual no nos damos cuenta de que los estamos perdiendo. Envuelto en sus propios problemas, el protagonista nunca escucha los deseos y pesares más íntimos de sus padres, aunque estén frente a sus ojos.
El humor y la localía
El humor es uno de los factores más importantes de esta película y de la filmografía del director en general. No importa que tan grave sea la historia que trata, siempre habrá cruces de humor que aligeren la situación que se esté contando. Por ejemplo, en El secreto de sus ojos (2009), la trama gira alrededor de un asesinato cruento. Sin embargo, los chistes de humor negro entre los personajes apesadumbrados van y vienen constantemente, elaborando un hilo de cordura y mínima felicidad entre tanta desolación.
Y es que el argentino, entre más triste se encuentre, más sarcasmo e ironía ejerce hacia su propia situación. El hijo de la novia no solo retrata este carácter a la perfección en la figura del quejoso Rafael, sino que además se enfoca en transmitir un tipo de argentino muy sufrido: el del 2001. En aquel entonces, la crisis económica dejo a miles de ciudadanos en la calle, sin posibilidad alguna de recuperar sus bienes y su orgullo. El protagonista, que está al abismo de perder su restaurante y a sus padres, no puede más que sortear los obstáculos con un humor extremadamente ácido. De esta forma, le da un color ambivalente a la película, un poco resumen de todo ese tumulto de emociones que nos atrapa cuando vemos a nuestros padres envejecer.
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