¿Qué es lo que convirtió a Dario Argento en una figura central del cine de horror? Dos características que hacen a unos o a otros directores los mejores en su profesión. Por un lado, la habilidad de para pisar con fuerza en el género donde se trabaje, mediante reafirmaciones de las herramientas que lo caracterizan y el pulido de métodos canónicos. Por el otro, hacer todo lo contrario y romper con lo genérico e inscribirse en un relato común, pero fragmentandolo por dentro.
Lo que diferencia a Argento de esos otros directores venerados es que él reune ambas características. Desde su faceta modelica , logró popularizar al giallo italiano como un género con sus propias reglas. De la misma forma, estableció modos de hacer cine de horror en cuanto a configuración de la escenografía y las luces que identifican al género hasta estos días. En su lado más innovador, mezcló los procedimientos del terror y el giallo para crear una filmografía llena de suspenso y sangre que supuso un antes y un después en la historia del cine.
Esto puede verse con total claridad en la trilogía de Las Tres Madres de Dario Argento, sobre tres brujas que dominan al mundo con desmedida maldad. Lo interesante es que podemos clasificarla como trilogía temática en cuanto a su seguimiento de un mismo tema durante tres cintas. Al mismo tiempo, y tal como el cine ni blanco ni negro de Argento, la trilogía es un híbrido que escapa a la categoría de «temática», ya que no cumple la regla de presentar distintas historias en cada película. Es decir, las películas que conforman la trilogía se rigen con tramas diferentes, pero Las Tres Madres subyacen dichos relatos todo el tiempo.
Suspiria (1977)
Suzy Bannion, una bailarina de ballet, se transfiere a un prestigioso instituto alemán de danza para profesionalizarse. Llega a la academia en una noche lluviosa y no encuentra a nadie que la introduzca al lugar, pero si a una estudiante que abandona el instituto gritando aterrorizada. A partir de ese momento, Suzy descubrira multiples rarezas en la academia que indicarían la presencia de un mal que corroe a cualquiera que este bajo su techo.
Fuente: Seda Spettacoli
La primera película en la trilogía de Las Tres Madres es también la obra más reconocida de Argento. Es verdad, el director creó muchisimas películas que tranquilamente podrían pararse al lado de Suspiria e inclusive mirarla desde arriba. Pero esta cinta es única por no tener un único eje disparador. No se apoya solo en la sangre, en una historia convincente o en la paleta de colores para generar terror, sino en el todo conformado por la suma de sus partes. Incluso la actuación de los personajes, que Argento calificó varias veces como un hecho sin importancia en su filmografía, resalta.
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Inferno (1980)
La poetisa Rose Elliot está leyendo un libro que le revela un oscuro secreto. Entre página y página, el arquitecto alquimista Emilio Varelli confiesa haber construido el hogar de Las tres madres, tres brujas que controlan el mundo con las más oscuras intenciones. Rose, convencida de que una de las brujas habita en el mismo edificio que ella, investiga el sotano del alojamiento y es contaminada por una entidad maligna que se extendera mucho más alla de su persona.
Fuente: Produzioni Intersound
Esta continuación temática de Suspiria es la primera en discutir el concepto de Las tres madres y la favorita de Argento hasta el momento. Sin embargo, su éxito no estuvo ni cerca de poder ser llamado como tal. El estreno de la película fue muy limitado y criticado negativamente. A lo largo de los años, la cinta adquirió el reconocimiento que merecía y hasta fue caracterizada como la película más infravalorada de los 80.
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La terza madre (La madre del mal, 2007)
Un grupo de miembros de la iglesia católica desentierran el cuerpo de un oficial eclesiastico del siglo XIX. Su ataud despierta curiosidad por estar acompañado de una urna extraña. Cuando los allí reunidos abren la urna, se encuentran con artefactos que pertenecen a la Mater Lachrymarum, la última sobreviviente del trío de Las tres madres que protagonizan de forma tácita Suspiria e Inferno. Si vieron las películas y observaron el poder de estas tres entidades, imaginarán que abrir esa urna fue el peor de los errores.
Fuente: Medusa Film.
Aquí es donde termina la trilogía temática de Dario Argento. A diferencia de sus predecesoras, La terza madre fue poco aceptada por la crítica y el público. ¿Será el odio irracional hacia las continuaciones de películas de terror que se construyen y estrenan en la actualidad? Puede ser. No es novedad que el público del género sufre cuando se tocan las cintas filmadas antes de los 2000. Sin embargo, existe una razón objetiva que tiene un poco de correlato con la grieta que genera el nuevo cine de terror. Y es que aquellas escenas sanguinarias y terroríficas de Suspiria e Inferno que Argento supo crear de forma tan artesanal, en La terza madre son reemplazados por efectos especiales sin subjetividad.
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