¡Lee nuestra reseña retro de Romance al atardecer!

Reseña Retro: Romance al atardecer, un ingenioso juego de seducción

Si los Juegos Olímpicos te inspiran a pensar en el amor internacional, tenemos la recomendación fílmica ideal. En esta reseña retro de Romance al atardecer (Love in the Afternoon, 1957) viajaremos a la Era Dorada de Hollywood. Específicamente viajamos a una historia de amor con la encantadora Audrey Hepburn en el romántico escenario de París. Pero no te preocupes, no hay spoilers, solamente te contamos de la trama general.

Del repertorio de películas de Audrey Hepburn, Romance al atardecer es quizás una de las menos conocidas. Sin embargo, cuenta con los elementos usuales de sus cintas: el decoro y la elegancia, una protagonista con mucho encanto emparejada con intereses amorosos más grandes que ella (Gary Cooper en este caso) y los magníficos diseños de Hubert de Givenchy. Además, es imposible dejar de mencionar la banda sonora que tiene un papel importante en la trama y cuenta con piezas originales y memorables. Te contamos, en esta reseña retro, qué esperar de Romance al atardecer  y por qué te recomendamos hacer este viaje a la Francia en blanco y negro de 1957. 

Retro reseña de Romance al atardecer: el amor se hace mejor en Paris.
Fuente: Warner Bros. La divertida secuencia inicial afirma que “¡en París todo el mundo lo hace!”. El carnicero, el panadero, hasta el simpático empleado fúnebre. Lo hacen los poodles, los turistas, los generales e incluso de vez en cuando también los existencialistas.

La historia de Ariane

La historia sigue a Ariane, una joven de veintitantos que toca el cello y cuyo padre es un detective privado que investiga traiciones amorosas y parejas infieles. Su expediente principal está dedicado a Frank Flannagan, el Don Juan de mediana edad que conquista a toda mujer a su paso por su tour por el mundo. La soñadora Ariane lee a escondidas los expedientes y aprende las locuras del amor. Pero un día, un marido cornudo quiere vengarse de Flannagan y en su búsqueda por detener una tragedia, la inocente pero ingeniosa Ariane termina envolviéndose inevitablemente con este mujeriego en un relación que verá los papeles cambiar cómicamente. 

Romance al atardecer está basada en una novela de 1920 escrita por Claude Anet y titulada Ariane, jeune fille russe (Ariane, joven rusa). De hecho el filme mantiene el título de Ariane en francés. El guion fue escrito por el reconocido director Billy Wilder junto con I. A. L. Diamond. La cinta, aunque humorística, mantiene el decoro que exigía la Legión Nacional de la Decencia. No obstante, abunda en divertidas insinuaciones al estilo del realizador alemán Ernst Lubitsch, pues cuenta la historia que Wilder lo admiraba tanto que tenía un letrero en su oficina que decía: “¿Cómo lo haría Lubitsch?”.

Hechizo musical

En Love in the Afternoon, título en inglés de la cinta, la música tiene un papel importante. No solo nos propone melodías que permanecen en nuestra mente y que nos recuerdan a Hepburn bailándolas o entonándolas. También cumplen un par de funciones importantes. La primera es que sirven como la fórmula de seducción de Flannagan, quien tiene a The Gypsies, su banda de músicos que lo asisten en sus planes. The Gypsies acompañan a Flannagan a toda clase de citas y aventuras para interpretar cuatro melodías. Es decir, que estas piezas apoyan la trama y cada que las oímos sabemos qué es lo que va a pasar.

Al final de la interpretación, todas las mujeres caen rendidas ante los encantos del casanova. Con excepción de Ariane, claro está. Aunque no sobra añadir que el hechizo musical también funciona con la audiencia, pues el soundtrack es preciso y brinda una idea clara y bella sobre cómo suena un romance en París.  

“Fascination”, uno de los temas principales de Romance al atardecer, se volvió un éxito de Maurice Chevalier (quien interpreta al detective y padre de Ariane). Esta canción propone el mood romántico de la cinta y dicta el preludio a lo que Flannagan hace con sus conquistas cuando los músicos se van y las persianas se cierran. Hasta que Ariane, quien se la pasa tarareándola, transforma su significado: ahora solo es el preludio a otro fracaso. 

Otra función importante de la música es la información que nos da sobre los personajes. El hecho de que Frank Flannagan asegure la necesidad de la música para crear el romance debido a que él “no habla mucho” puede añadirle otras dimensiones al personaje. Más que timidez o introversión, parece desinterés. Lo cual, por supuesto, cambia con Ariane y las largas conversaciones que mantienen. 

El Little Black Dress de Givenchy para Audrey

Antes del icónico vestido negro de Breakfast at Tiffany’s (Desayuno con diamantes, 1961) hubo en cada película toda una pasarela de vestidos elegantes y clásicos que Hubert de Givenchy hizo para quien fuera su musa, Audrey Hepburn. Cada atuendo de la Ariane de Hepburn es perfecto y representa la mezcla de inocencia y sofisticación que una joven inexperta buscando pasar por femme fatale requiere. 

Hablamos de los diseños de Givenchy en esta reseña retro de Romance al atardecer
Fuente: Everett Collection vía W Magazine. Aparte de los clásicos vestidos negros, este fue otro de los diseños de Givenchy para Audrey Hepburn en el largometraje Romance al atardecer.

La problemática diferencia de edad

Finalmente, en esta reseña retro de Romance al atardecer no podíamos dejar de comentar sobre la crítica más grande que recibió desde su estreno. La gran brecha de edad entre Audrey Hepburn y Gary Cooper es imposible de pasar por alto. Ella tenía 28 años y él 56. Y a pesar de que podríamos pensar que estamos viendo bajo la lupa contemporánea ya que en aquella época era normal, es importante precisar que desde entonces no era muy bien visto. 

Incluso fue este hecho el que impactó en la taquilla y la razón por la cual esta cinta no fue tan bien recibida como otras de Hepburn, Wilder o Cooper. Y por si fuera poco, se dice que, a pesar de estar satisfecho con su interpretación, las constantes críticas condujeron a Gary Cooper a hacerse procedimientos estéticos un año después. Eso sí, la diferencia de edad quizás no sea tan mala para el reparto. Pues en cuanto los papeles se invierten, el contraste con la vitalidad de Ariane refuerza el sentimiento de anticuado que crece en Flannagan. 

¿Será posible que conocer estos datos aligere el rechazo que una diferencia tan marcada de edad podría provocar en el espectador actual? No es tan sencillo, en especial con un mecanismo patriarcal que aún hoy perdura. Nada más hay que mirar las edades de las actrices que interpretan a la pareja de Tom Cruise, Daniel Craig o George Clooney. O ver el sexismo que sufren las actrices (como Maggie Gyllenhaal) cuando dejan de tener 20 años. Pero si hay disposición para estar tan conscientes de que el largometraje es ficción, como se está consciente de que la frase «para el amor no hay edad» puede ser discutible, cualquiera puede suspender la realidad un rato y disfrutar de los varios aciertos de esta película. 

Romance al atardecer (Love in the Afternoon, 1957)

Director: Billy Wilder
Reparto: Audrey Hepburn, Gary Cooper, Maurice Chevalier, John McGiver
Género: Romance, Comedia
País: Estados Unidos
IMDb: 7.2

Esperamos que te haya gustado nuestra reseña retro de Romance al atardecer y que te animes a juzgarla por ti mismx. ¿Ya la viste y te conmovió? ¿Te pareció demasiado larga? ¿Te volviste a enamorar de Audrey Hepburn? ¡Cuéntanos en nuestras redes sociales!

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