El prodigio, una historia con creencias arraigadas

Todos dicen que la fe mueve montañas y que hace lo imposible posible, pero qué pasa si esa fe genera nuestra destrucción y nadie es capaz de enfrentarla. Este es el argumento de la última película de Florence Pugh, la actriz que se está afianzando como una de las grandes promesas del cine. Hoy te presentamos la reseña de El prodigio, el filme que demuestra que la omisión es un acto más de fe.

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Basada en la novela homónima de Emma Donoghue, El Prodigio es un drama psicológico de época ambientado en Irlanda en 1862. La historia se centra en una enfermera inglesa contratada para observar a una niña de 11 años perfectamente saludable a pesar de no haber comido durante cuatro meses. Ella deberá averiguar qué es lo que pasa y si es cierto que su salud se debe a un milagro divino o es un simple engaño. 

The wonder (El prodigio, 2022)

Director: Sebastián Lelio
Guionistas: Alice Birch, Sebastián Lelio
Reparto principal: Florence Pugh, Tom Burke, Kila Lord Cassidy, Niamh Algar
País: Irlanda
Género: Drama, Thriller

Un ejercicio cinematográfico

La película es una oportunidad para reconectar con el cine de autor. A través de sus personajes y el poder religioso como eje conductor, El Prodigio narra relatos que giran en torno a la ciencia y la fe. Esa línea le permite hacer referencias a otros temas como la maternidad, el feminismo y los mitos entre las sociedades. Cada uno es abordado y sustentado por el delicado uso del color, el silencio y la composición de las tomas. 

El director, Sebastian Lelio, por medio de su lenguaje audiovisual ha desarrollado una personalidad distintiva en cada filme. En esta obra el paisaje, las expresiones y el silencio tienen un papel relevante; hace de cada elemento un personaje más dentro de la trama. Por su alta carga de simbolismos, la cinta requiere atención a los detalles, aunque esto genera que la película resulte larga y hasta en momentos tediosa.

No es una película fácil, requiere un análisis para poder apreciar los matices que se presentan en la pantalla. Es una producción que se tiene que ver con ojo crítico y sirve como un ejercicio narrativo en el que se entrecruzan diferentes relatos dentro de una historia. Por ello, en esta reseña de El prodigio quisimos resaltar las particulariades que engloban a esta producción para que sea disfrutable en todos los sentidos. 

El director apuesta por un guion contemplativo y actuaciones fuertespara ejemplificar la fuerza de la historia.
Fuente: Netflix.

El ritmo de la historia es su gran punto débil, en ocasiones, algunos tramos del relato se prolongan más de lo debido. Si el espectador se distrae, podría perderse detalles que son clave para el entendimiento y comprensión de la obra. Tiene actuaciones destacadas, un guión atractivo -en ocasiones flojo- y convincente. Quizá no sea una película para desconectar, pero sí es una historia que muestra respeto y admiración por el lenguaje cinematográfico.

Florence Pugh, la verdadera prodigio

El prodigio logra transformar una historia de culpa y amor en un misterio contemplativo repleto de simbolismos. Eso se debe en gran parte al trabajo realizado por el elenco y, en particular, a su formidable protagonista. Pugh proporciona una personalidad fuerte y etérea al interpretar a una enfermera a la que le niegan hacer su trabajo y solo se le atribuye el papel de observadora. La actriz brinda una magnífica actuación al encarnar las intensas cicatrices emocionales de su personaje y el deseo de salvar a su paciente del horror que la rodea.

La actuación de Pugh es lo suficientemente diestra como para fundirse con sus papeles y revelar profundidades humanas complejas. Tal vez no es una actriz camaleónica, pero sí es contundente con cada una de sus interpretaciones. Desafortunadamente, el filme no puede alcanzar su nivel histriónico. Incluso una vez que se revela la verdad, no es el momento de sorpresa que mueve y modifica todos los hilos dramáticos. 

La crítica especializada ha elogiado y catalogado como magistral la actuación de Pugh.
Fuente: Netflix.

La película hace todo lo posible por reflejar visualmente la dualidad entre la desesperación y la esperanza que está presente en las dos actuaciones principales. Todos los elementos visuales y sonoros construyen un tercer acto oscuro y contenido -como todo el filme-. La conclusión puede parecer obvia para una película tan moral y turbia como El prodigio. Sin embargo, nos deja una lección compleja: en ocasiones hay que dejar atrás nuestras historias más dolorosas para que se escriban nuevas.

Esperamos que esta reseña de El prodigio te haya gustado y te ayude a decidir si es el tipo de cine para ti. Cuéntanos en nuestras redes sociales ¿cuál es tu película favorita de Florence Pugh? ¡Te estaremos leyendo!

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