Al día de hoy se han creado innumerables películas acerca de la brujería y sus prácticas, pero pocas tan fieles y al mismo tiempo tan populares como The Craft. En este largometraje dirigido por Andrew Fleming unas adolescentes se desempeñan como brujas aprendices, hasta que el término «principiantes» les queda corto y los hechizos comienzan a escaparse de su control. ¡Y qué hechizos! Cada uno de ellos está construido desde una profunda examinación de la Wicca y sus antiguos principios. Para saber más sobre las cuatro brujas, acompáñanos en esta reseña de The Craft.
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Jóvenes brujas (The Craft, 1996)
Director: Andrew Fleming
Guionistas: Peter Filardi, Andrew Fleming
Reparto principal: Robin Tunney, Fairuza Balk, Neve Campbell, Rachel True
Género: Drama, Fantasía, Horror
País: Estados Unidos
IMDb: 6,4
Sinopsis: Cuatro adolescentes incursionan en el mundo de la brujería para obtener lo que desean. Sin embargo, parecen olvidar la regla principal de esta práctica: todo lo que hagas volverá a ti multiplicado por tres.
Un correcto desarrollo de los personajes
No podemos hablar del cine juvenil de los 90 sin hablar de sus característicos grupos. Desde Scream (1996) hasta Cry-Baby (Llora nena, 1990), todas las producciones de la época tenían una agrupación de adolescentes que movilizaba la trama.
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Sin embargo, en The Craft se nos presenta a cuatro chicas que están muy lejos de ser estudiantes comunes y corrientes. Nancy, Bonnie y Rochelle son tres brujas principiantes que están en búsqueda de un cuarto miembro para su aquelarre. Sarah, una bruja natural que ignora la magnitud de su poder, es la elegida para ocupar el puesto. ¿Qué diferencia a este cuarteto del típico grupo de amigos?
Sin duda alguna, el tratamiento que el guion elabora para cada una de las chicas es lo que las hace verdaderamente especiales. Aunque la historia esta muy centrada en la creciente tensión entre Sarah y Nancy, también podemos observar el desarrollo de Bonnie y Rochelle. Las cuatro tienen sus propios conflictos, tanto con el grupo como con ellas mismas, que al final se condensan en los rituales que elaboran para hacerle sus pedidos a una misma entidad sobrenatural. Si una de ellas faltase el aquelarre no podría funcionar, y ello se ve reflejado en la distribución igualitaria del protagonismo por parte del director.
El uso de la brujería
Aquellas películas que deciden hacer uso de elementos asociados a prácticas religiosas o espirituales deben tener en cuenta todas las precauciones posibles para no terminar en terreno peligroso. Películas como The Last Temptation of Christ (La última tentación de Cristo, 1988) se vieron enfrentadas a grandísimas controversias por retratar a la religión de formas poco convencionales. En el extremo opuesto, The Craft llevó la brujería a los cines de forma increíblemente respetuosa y fiel.
Para empezar, el guionista Peter Filardi pasó meses enteros estudiando el mundo de las brujas con mucha dedicación antes de escribir el guion de la cinta. Fue él quien sugirió que se contratase a un wiccano para aconsejar al equipo de filmación detrás de cámaras. El hombre, llamado Pat Devin, escribió los conjuros que el aquelarre recita en la cinta y se encargó de que la brujería estuviese bien representada, tanto en sus detalles más ínfimos como en sus conceptos generales.
Los vestuarios
Al crear un guion, el consejo más útil que suelen dar los profesionales en el oficio es «demostrar, no contar». En ese sentido, la ropa que usan las protagonistas dicen más que mil palabras. Collares de púas, aros con forma de cruces y vestidos de colores oscuros son algunas de las prendas que distinguen al aquelarre del resto de los adolescentes. Además, podemos ver el desarrollo de los personajes al mismo tiempo que sus formas de vestir van variando.
Por ejemplo, antes de conocer a las tres brujas, Sarah se viste con ropa convencional. Al entrar en el grupo comienza a vestirse de la misma forma que sus compañeras, con las mismas prendas apagadas. Sin embargo, cuando Sarah cree que ha llegado demasiado lejos con su brujería, vuelve a vestirse normal y abandona la agrupación. De forma contraria, Nancy siempre usa prendas que reflejan su estatus de bruja al extremo, inclusive más que los outfits usados por Bonnie y Rochelle.
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