Icono del sitio Cinema Saturno

Reseña: Candyman (2021) de Jordan Peele y Nia DaCosta

Checa nuestra reseña de Candyman (2021) de Jordan Peele y Nia DaCosta

Ya se estrenó una nueva película de Candyman, el filme de culto de 1992. La franquicia tiene dos películas más, Candyman: Farewell to the Flesh (1995) y Candyman: Day of the Dead (1999); la nueva película, sin embargo, ignora estas dos para convertirse en una secuela directa de la original. En esta reseña de Candyman te contamos —sin spoilers los puntos clave que necesitas saber antes de ver este filme.

Como siempre que sale alguna película de leyendas urbanas, seguramente tendremos a varios adolescentes retándose mutuamente a decir «Candyman» cinco veces frente al espejo. Y aunque este sí es un filme de terror, hay mucho más en la historia co-escrita y producida por Jordan Peele. Si estás familiarizadx con este realizador, probablemente imaginas que uno de los temas centrales de Candyman es el racismo.

Pero antes de comenzar a desmenuzar lo mejor y lo peor de la película, mi recomendación principal y muy importante es: ¡no la veas si no has visto Candyman (1992)! Aunque en esta secuela se explica con muñequitos (literalmente) todo lo que sucedió en la primera película, te estarías perdiendo de una gran experiencia, sin mencionar los spoilers que verás en la versión de Peele. Ya sea que hayas visto o no la película de 1992, te recomendamos que leas nuestra reseña retro con mucho contexto que te ayudará a entender ambos filmes:

LEER MÁS: Candyman (1992), explicando la leyenda urbana

Candyman (2021)

Director: Nia DaCosta
Guionistas: Jordan Peele, Win Rosenfeld, Nia DaCosta
Reparto principal: Yahya Abdul-Mateen II, Teyonah Parris, Nathan Stewart-Jarrett
Género: Horror
País: Estados Unidos
IMDb: 6,4
Sinopsis: Anthony es un artista que intenta hacerse de un nombre en Chicago. Cuando escucha la leyenda de Candyman, Anthony decide tomarlo como el personaje principal de su obra, pero muy rápidamente esto escala a una obsesión.

Las obsesiones de los protagonistas

Primero que nada, al igual que su predecesora, Candyman no es un slasher común y corriente. En lugar de los típicos jumpscares, aquí el terror es un poco más dramático y psicológico. Pero sí cumple con su dosis de horror físico, sangriento y mucho suspenso.

Lo más terrorífico son las obsesiones del artista y la manera en que se involucra con la leyenda de Candyman. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar para el éxito? Así como en 1992 vimos a Helen obsesionarse con Candyman, esta vez es Anthony quien lo vuelve el punto central de su arte. Pero esta vez, está el agregado de Brianna, la novia de Anthony, quien se une al terror psicológico con poderosos traumas y una visión diferente a la del protagonista.

Después de haber visto la primera película, te parecerá muy fácil de adivinar hacia dónde va este filme y cuáles son sus conexiones… y sí. Pero eso no demerita esta historia que trae algunas sorpresas y giros de tuerca bastante interesantes.

El trabajo de Nia DaCosta (directora) y John Guleserian (director de fotografía) es excelente, y logra resaltar la locura de los personajes usando espejos y otros elementos. De manera general, esta es una película que tiene calidad en su realización. Sin embargo, hay algunos momentos que se sienten demasiado lentos y algunas escenas parecen más un pretexto para agregar sangre que para hacer que la historia avance de manera impactante.

Briana es interpretada por Teyonah Parris mientras que Yahya Abdul-Mateen II es el artista Anthony.
Fuente: Universal Pictures

La metáfora social

Como te mencionamos al inicio de esta reseña, era de esperarse que Jordan Peele incluyera algún discurso social en este filme. La primera película de Candyman se centra en un sector relegado que vive en Chicago, en el vecindario de Cabrini-Green que solía ser muy peligroso. Este era un proyecto de vivienda pública que quedó marginado y descuidado, convirtiéndolo en el centro del crimen organizado de la zona. Aunque en 1992 el director y escritor Bernard Rose habla de este conflicto, lo hace de manera muy superficial; especialmente después de ver esta secuela. Te contamos más de Cabrini-Green en nuestra reseña retro de Candyman (1992).

Jordan Peele (Get Out), Nia DaCosta (Little Woods) y Win Rosenfeld (The Twilight Zone) hacen una metáfora social sobre la experiencia afroestadounidense. Constantemente escuchamos diálogos racistas o injusticias policiales que reflejan la vida real. Así es como Candyman pasa a formar parte de esas películas cuyo terror sobrenatural se mezcla con el terror de la vida diaria, algo que también vimos en la excelente serie Them (2021).

En el filme, escuchamos los diálogos «Say my/his name», una clara referencia al movimiento social Black Lives Matter que utilizó durante mucho tiempo el «Say her/his name» («Di su nombre») para denunciar las injustas muertes de Breonna Taylor y George Floyd. Aunque este discurso social le da un nivel extra al filme, la conclusión parece que no tuviera una postura clara y se puede sentir un poco confusa. Quizás es uno de esos casos en los que los realizadores nos invitan a empezar el diálogo para formar nuestra propia opinión.

Si te gustó la película original, esta secuela es imperdible. Pero aunque tiene un mensaje social más contundente y efectos mucho más modernos, no esperes que sea mejor que la primera. En conclusión, es entretenida sin ser memorable de manera general.

Si te gustó esta reseña de Candyman, cuéntanos en nuestras redes sociales qué te pareció el filme y cuál es tu conclusión sobre el final. ¡Queremos leerte!

Salir de la versión móvil