De todos los plot devices o recursos narrativos, me atrevo a asegurar que el plot voucher es uno de los más usados, además de que nos ayuda a predecir la trama. Y para los que no están familiarizados con él, también puede llegar a ser el recurso más ignorado. Quizá todo esto te parece muy confuso, pero no te preocupes, aquí te explicamos qué es un plot voucher con ejemplos incluidos. Pero como podrás imaginar, nos basaremos en un clásico de los 90: El quinto elemento (The Fifth Element, 1997).
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Lo chistoso del plot voucher es que puede parecer tan insignificante o tan importante como el escritor quiera. En El quinto elemento, aunque se podría argumentar que hay múltiples plot vouchers, hablaremos de uno que parece completamente irrelevante, pero que termina salvando al mundo. Aunque no hay que adelantarnos, hablemos primero de los principios de este recurso narrativo: la pistola de Chéjov.
La pistola de Chéjov o Chekhov’s gun
Para muchos escritores especialistas en narrativa cinematográfica, la pistola de Chéjov no es un plot device, como se categoriza algunas veces. Y si lo piensas, en realidad tiene sentido. Un plot device es un elemento que se agrega a la trama para que la historia avance; pero la pistola de Chéjov es una teoría que te ayudará a mejorar la narrativa de tu historia.
La teoría de la pistola de Chéjov es que los detalles notables dentro de una historia, siempre contribuyen a la narrativa general. Los elementos grandes o llamativos como diamantes o una caja grande y misteriosa, serán notables por sí mismos. Los objetos más pequeños o comunes como un florero o un collar, sólo serán notables si los personajes interactúan con ellos.
Esto impulsa a los escritores a no hacer falsas promesas; es decir, a no hacer que el público pierda tiempo pensando en elementos que al final no aportan a la historia, algo bastante molesto. Pero también funciona al revés, evita que se usen los odiosos deus ex machina, esos plot devices que salen de la nada a salvar al mundo (un recurso mal visto por ser una salida fácil).
Antón Chéjov fue un escritor del siglo XIX y uno de los dramaturgos más importantes de la era moderna. El término «pistola de Chéjov» salió de las cartas que el escritor hacía para sus contemporáneos. Chéjov aconsejaba “Si en el primer acto colgaste una pistola en la pared, en el siguiente hay que dispararla. De lo contrario, no la pongas allí «.
A Edgar Wright y Simon Pegg, por ejemplo, les encanta hacer homenajes al cine. En Shaun of the Dead (2004), la primera de su genial trilogía Cornetto, se menciona rápidamente un rifle que, de acuerdo con Shaun, sólo está ahí porque el bar se llama Winchester (como el fusil). Sin embargo, más adelante durante la hilarante escena con la canción «Don’t stop me now» de Queen, esta arma (que sorpresivamente sí es real) los ayuda a salvarse de los hambrientos zombies. Por un lado, la aparición del arma no fue en vano, como indica la teoría de Chéjov; pero además, si no hubiéramos tenido la primera interacción al principio de la película, esta arma hubiera sido un deus ex machina, la salvación (chafa) que apareció milagrosamente. Aunque claro, el arma sirve más como un homenaje lleno de sarcasmo, ¡y es genial!
Como casi todas las teorías literarias, la pistola de Chéjov trascendió al cine, y se convirtió en una gran influencia para los guionistas. Además, algunos recursos narrativos como el plot voucher o el red herring (cortina de humo) tienen más fuerza al respetar esta regla.
El plot voucher que salva al mundo
La manera más fácil de explicar un plot voucher es con el cuento Peter Pan de J.M. Barrie. Al principio de la historia, Wendy le pregunta a Peter si puede besarlo; como Peter no sabe qué es eso, Wendy le da un dedal. A cambio, Peter le da una bellota que Wendy se cuelga en el cuello. Un par de capítulos después, los niños perdidos disparan a Wendy manipulados por Campanita. Es justo la bellota lo que salva a Wendy de que una flecha le atraviese el pecho. La bellota es un plot voucher, un elemento que se presenta sin tener mucho sentido, hasta algunas escenas después cuando se vuelve muy importante.
Hay plot vouchers bastante obvios como la bellota o la cota de malla de mithril en El señor de los anillos: La comunidad del anillo (2001). Al principio de la película, Bilbo se la da a Frodo para que lo proteja en su misión. Después, en un momento en el que pensamos que Frodo estaba muerto, se revela que Frodo estuvo usando la cota de mithril todo el tiempo, salvándole la vida.
Pero hay algunos plot vouchers mucho menos notables, y entonces depende de los realizadores hacerlos notables. Por ejemplo, tenemos los vasos de agua de Señales (Signs, 2002), que son clave para salvar a los protagonistas al final de la película. Un espectador que está familiarizado con el plot voucher, puede intuir fácilmente que este elemento que se menciona al principio de la película, tendrá una función importante más adelante (yo sí adiviné… y le arruiné la película a mi acompañante ¡ups!).
También vemos un plot voucher no tan notable en El quinto elemento, pero necesario. ¿Ya adivinaste de qué estamos hablando? Te daremos una pista: este plot device es tan importante, que nos hizo contener la respiración. ¿Adivinaste? Ok, te dejamos una última pista para que te acuerdes y te rías de esta genial escena icónica en la que el plot voucher está a punto de tener su gran momento:
Estamos hablando de los cerrillos… o el cerillo con el que encienden la piedra de fuego.
Luc Besson, el director y co-escritor de la película, es un narrador excelente y lo demuestra de muchas maneras. Este plot voucher, por ejemplo, está presente constantemente en la película, aunque la mayoría de los espectadores no se den cuenta.
Desde la presentación de Korben Dallas, sabemos que quiere dejar de fumar porque lo primero que vemos de su habitación es una máquina parlante con el letrero «Deja de fumar» y que repite la frase «Dejar de fumar es mi meta». Después de eso, Korben interactúa con el gato y contesta el teléfono… para tomar un cigarro de la misma máquina. Durante el siguiente par de minutos, Korben se pone a buscar una caja de cerillos en su habitación mientras detiene el cigarro entre los labios.
En el camino interactúa con otros objetos y también se topa con un par de cajas vacías, estos cerillos sí que están escasos en el mundo de Korben, quizá porque está dejando de fumar. ¿Qué en el año 2275 no conocen los encendedores? Pero para la narrativa, es sumamente importante que Korben fume, que use cerillos, y que esté intentando dejarlo, nada está ahí sólo porque sí.
Justo a la mitad de la película, la mamá de Korben le habla para reclamarle por no invitarla al viaje que ganó. Korben enciende otro cigarro con la misma cajetilla de cerillos y hay una toma, muy corta pero bastante obvia, que nos muestra como está tomando el penúltimo cerillo, así que sólo queda uno.
Así que, al final de la película, cuando están tratando de abrir las piedras de los elementos, vemos esta escena que los fans de El quinto elemento recordamos con mucho cariño. Es una escena que podría eliminarse, que quizá podría haberse resuelto con un simple encendedor de cualquier personaje que fume.
Pero si Luc Besson hubiera decidido simplificar las cosas y no hubiera agregado este plot voucher, no tendríamos una escena graciosísima, llena de suspenso y tan memorable. Además, era importante incorporar la cajetilla en escenas anteriores para que este plot device no se volviera en el ya mencionado deus ex machina, haciendo que el público se pregunte «¿de dónde rayos salió esa caja con cerillos y por qué sólo hay uno?».
Les dejamos la escena con doblaje latino porque para muchos de nosotros es imposible no disfrutar la actuación de Chris Tucker, con el excelente doblaje de Alfonso Obregón como Ruby Rhod, justo como muchos la vimos en los 90.
Así que ya sabes qué es un plot voucher, ahora estás listo para identificar elementos clave en las películas y arruinarles la sorpresa a tus amigos. ¡De nada!