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Reseña Retro: La princesa Mononoke, un clásico vigente

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La princesa Mononoke es una película de animación producida por Studio Ghibli que marcó un antes y un después en la forma en la que consumíamos cine de animación, sobre todo en occidente. Si no sabes de qué hablamos, si conoces el nombre de la película y nunca te animaste a verla, o si simplemente eres un fan de Ghibli que viene a ver qué hay aquí, quédate a leer esta reseña de Cinema Retro sin spoilers de La princesa Mononoke, un clásico vigente con un gran mensaje.

La princesa Mononoke, una película animada de Studio Ghibli de 1997.

¿De qué va La princesa Mononoke?

Escrita y dirigida por Hayao Miyazaki, La princesa Mononoke se estrenó exitosamente en 1997. El largometraje tuvo una popularidad inigualable en taquilla, y se convirtió rápidamente en la película con mayor recaudación en cines de Japón de aquel año. La narrativa de La princesa Mononoke se ubica específicamente en el periodo Muromachi dentro de la historia japonesa, que comenzó en 1336. En la historia nos centramos en una lucha entre seres fantásticos guardianes de un bosque y los seres humanos, quienes únicamente buscan la explotación de recursos de las áreas naturales.

Concretamente, la historia comienza con Ashitaka, el último príncipe emishi. Ashitaka es forzado a dejar su aldea para emprender una búsqueda y así conseguir romper una maldición. En su camino, Ashitaka se encuentra con San, la princesa de los lobos (o bien, la princesa Mononoke, el cual no es un nombre tal cual, significa espíritu vengador en japonés). San se ve directamente envuelta en esta lucha entre la humanidad y la naturaleza, y consecuentemente Ashitaka es involucrado también.

La princesa Mononoke (1997)

Director: Hayao Miyazaki
Escritores: Hayao Miyazaki y Neil Gaiman
Doblaje: Yōji Matsuda, Yuriko Ishida, Yūko Tanaka
Género: Drama, Fantasía | Formato: Animación 2D
País: Japón
IMDb: 8.4
Sinopsis: En el camino para encontrar la cura para la maldición de Tatarigami, Ashitaka se encuentra en medio de una guerra entre los dioses del bosque y Tatara, una colonia minera. En su misión, Ashitaka conoce a San, la princesa Mononoke.


¿Por qué verla después de tanto tiempo?

En primer lugar, desde el punto de vista narrativo, la película entera está alimentada por un argumento muy elaborado. Cabe destacar que cada uno de los personajes en sí mismos son muy complejos también. Cada uno está pensado desde una perspectiva más tridimensional y humana de lo que estábamos acostumbrados con las películas de animación en aquel entonces. No hay tal cosa como “los buenos” o los “malos” dentro de esta guerra, constantemente nos muestran las necesidades que tiene cada uno de los bandos y por qué se encuentran involucrados en esta lucha.

Adicionalmente, La princesa Mononoke tiene a dos mujeres muy imponentes personificando las necesidades de ambas partes de la guerra, ellas son fuertes e inteligentes y sólo buscan lo mejor para su gente. Considerando nuevamente que esta película se estrenó hace 24 años, este estereotipo de mujer guerrera dentro de una historia realmente no era tan visto.

El mensaje detrás de la guerra es más que una lección moral. Es decir, Miyazaki no se queda en un sencillo “la humanidad es mala y por eso nos vamos a morir”, sino que explora la complejidad en la que se encuentra el ser humano y cómo se le ha orillado a intervenir con la naturaleza. Por otro lado, no se nos muestra a una “madre naturaleza bondadosa y amable” que únicamente quiere sobrevivir, sino que vemos al bosque luchar por su existencia con agresividad, hartazgo y desesperación.

La madre naturaleza no es un retrato banal en La princesa Mononoke.

El sin igual trabajo de Miyazaki

Es bien sabido que cada una de las películas elaboradas por Studio Ghibli posee un enorme trabajo de preproducción que no observamos en la pantalla, y si no sabías esto, no te preocupes que ahora te contamos de qué hablamos. En el caso exclusivo de La princesa Mononoke, en 1970 Hayao Miyazaki empezó a bocetar e idear los paisajes boscosos de la película. Es decir, casi 30 años antes de estrenar, Miyazaki ya tenía el principio de la ideación del largometraje animado.

A pesar de que todo comenzó en los setentas, realmente el proyecto comenzó a tomar forma con los guiones gráficos iniciales en 1994. En la reelaboración de estos mismos, Miyazaki se inspiró en antiguos bosques de Yakushima para dibujar los impresionantes paisajes en la película.

Oficialmente en 1995 comenzaron la animación de la película, y con el objetivo de que no hubiera ningún error, Miyazaki supervisó cada uno de los 144,000 cm³ de la película, y se estima que se rediseñaron escenas de 80,000 de ellos. Un dato verdaderamente deslumbrante es el hecho de que un 10% de la película fue generada en computadora, el 90% restante fueron dibujos elaborados a mano.

Hayao Miyazaki es el director y escritor de La princesa Mononoke.

La crítica social en una película animada

Muchos pensaban que al tratarse de una película de animación se le dirigiría a los niños, pero en realidad no debía de ser así. En primer lugar, el argumento de la película de por sí es bastante elaborado, no es tan sencillo de seguir para un infante. Segundo, La princesa Mononoke nos muestra un lado muy real de la historia, no es precisamente grotesco sino algo más crudo, como es en realidad la naturaleza. Y tercero, hay mucha crítica social a lo largo de la película. Como ya mencionamos, Miyazaki no muestra únicamente el lado bonito de las cosas, a lo largo de la película se retrata la vida de varios grupos marginados y minorías oprimidas.

De hecho, para ser una película fantástica, estamos constantemente enfocados en un conflicto muy político. Miyazaki comentó en una entrevista para Empire Magazine que La princesa Mononoke fue un proyecto para canalizar su enojo ante las guerras de Yugoslavia.

“Después de eso, no podíamos volver y hacer películas como Kiki’s Delivery Service (Nicky, la aprendiz de bruja, 1989). Se sintió como si los niños estuvieran viniendo a este mundo sin ser bendecidos. ¿Cómo podríamos pretender que éramos felices?”

(Hayao Miyazaki)

La princesa Mononoke nos cambió la forma de consumir películas animadas, sobre todo en occidente; en cuanto a animación prácticamente sólo se consumía Disney. De igual forma, Miyazaki retrata grandes y poderosos mensajes a lo largo de toda la película. A pesar de que no fuera una película para niños, en un inicio a México llegó como tal, y sin duda conmovió a más de una generación.

¿Qué te pareció esta reseña retro de La princesa Mononoke? ¡Cuéntanos en nuestras redes! Si te gustan este tipo de artículos, te dejo aquí la reseña retro de la semana pasada, Los puentes de Madison.

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